En el marco del Día de la Madre, celebrado cada 10 de mayo en México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha presentado un informe detallado sobre las características sociodemográficas de las madres en el país. Este análisis, basado en datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023, arroja luz sobre una realidad diversa, compleja y, en muchos casos, resiliente.
Según los datos del INEGI, en 2023 residían en el país 21 millones 211 mil 500 mujeres de entre 15 y 49 años que han tenido al menos un hijo o hija nacido vivo. De este total, aproximadamente 697 mil 455 son madres con discapacidad, lo que representa el 3.3% del universo materno. Estas cifras no solo reflejan la amplitud de la maternidad en México, sino también su diversidad, incluyendo realidades a menudo invisibilizadas.
Maternidad temprana
Uno de los aspectos más destacados del informe es la presencia de la maternidad adolescente. El porcentaje de jóvenes de entre 15 y 19 años que ya son madres es del 7.7%, mientras que para las mujeres de entre 20 y 24 años, esta cifra aumenta a 36.2%. Para el grupo de 25 a 29 años, el porcentaje llega al 62.6%, consolidándose como el rango de edad donde la maternidad se establece con mayor frecuencia. Finalmente, el porcentaje más alto se registra en las mujeres de 45 a 49 años, alcanzando el 90.9%.
Estos datos ponen sobre la mesa la necesidad de políticas públicas enfocadas en la prevención del embarazo adolescente, pero también en el apoyo integral a aquellas jóvenes que ya son madres. La transición a la maternidad en etapas tan tempranas de la vida puede implicar desafíos educativos, laborales y emocionales que requieren atención específica.
Madres con discapacidad: fortaleza y contexto
El informe también destaca una dimensión poco explorada: la maternidad en mujeres con discapacidad. Según la ENADID 2023, de las 697 mil 455 madres con discapacidad, la mayoría está casada (38.8%) o vive en unión libre (28%). Las separadas, divorciadas y viudas representan el 23.9%, mientras que las solteras son el 9.3%. Esta distribución sugiere que, en general, estas mujeres tienen redes de apoyo estables, aunque enfrentan barreras adicionales en su vida diaria.
La tasa de participación económica de las madres con discapacidad fue del 60.8% en 2023, superando ligeramente a la de las madres sin discapacidad (59.2%). Esto indica una notable integración laboral, pese a los retos asociados a su condición. Sin embargo, persisten desigualdades: el acceso a servicios de salud es menor entre este grupo, ya que el 34.2% no cuenta con derechohabiencia a ningún sistema médico.
Contexto socioeconómico y escolaridad
Desde el punto de vista educativo, el informe revela disparidades claras. Las madres con discapacidad tienden a tener niveles más bajos de escolaridad, especialmente cuando se comparan con sus contrapartes sin limitaciones físicas. Por ejemplo, las madres sin discapacidad o limitación presentan mayores proporciones de estudios medios superiores (25.8%) y superiores (21%). En contraste, las madres con discapacidad concentran mayores porcentajes en niveles educativos menores a la secundaria.
Estas diferencias subrayan la importancia de diseñar estrategias inclusivas que promuevan la educación desde edades tempranas, garantizando oportunidades equitativas para niñas y jóvenes con discapacidad. Solo así será posible romper ciclos de exclusión y empoderar a futuras generaciones de mujeres.
Participación laboral y roles ocupacionales
En el ámbito laboral, las madres mexicanas con discapacidad también muestran una dinámica particular. Si bien la mayoría se integra al mercado laboral, hay una tendencia marcada hacia el trabajo por cuenta propia: el 32.8% de las madres con discapacidad pertenece a esta categoría, seguido por el 30.7% de las madres con alguna limitación. Esto sugiere que muchas optan o se ven empujadas a desarrollar actividades independientes, posiblemente debido a las barreras que enfrentan para acceder a empleos tradicionales.
Por otro lado, la categoría de “empleada” tiene mayor peso entre las madres sin discapacidad o limitación (62.5%), lo que refleja una mayor inserción institucional en el sector formal.
Acceso a servicios de salud
Otro hallazgo preocupante es el acceso desigual a servicios médicos. Más del 34% de las madres con discapacidad o limitación carecen de derechohabiencia a instituciones de salud, frente al 39.2% de las madres sin discapacidad. Aunque este último porcentaje es aún más alto, ambos indicadores exponen una brecha crítica en el sistema nacional de protección social, especialmente en un grupo vulnerable por múltiples factores.
Reflexión final
Las estadísticas del INEGI pintan un retrato multifacético de la maternidad en México. Detrás de cada número hay historias de resiliencia, adaptación y determinación. Las madres mexicanas, sean adolescentes, adultas, con discapacidad o sin ella, enfrentan desafíos únicos que demandan respuestas específicas e integradoras por parte de las autoridades, la sociedad civil y el sector privado.
Celebrar el Día de la Madre no solo debe ser una ocasión de reconocimiento simbólico, sino también una reflexión profunda sobre cómo mejorar las condiciones de vida de quienes son pilares fundamentales en sus hogares y comunidades. En ese sentido, los datos del INEGI no solo nos informan, sino que nos convocan a actuar.
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