¿Qué significa «inteligencia» en IA?
Aunque la inteligencia artificial (IA) y el cerebro humano son muy distintos en su funcionamiento interno, se considera que una IA es “inteligente” por cómo se comporta externamente y resuelve problemas concretos de forma efectiva. Vamos por partes:
1. Definición basada en comportamiento
Alan Turing ya propuso en 1950 que lo relevante no es si una máquina “piensa” como lo hace un ser humano, sino si su comportamiento es indistinguible del humano. Desde ese enfoque pragmático, una IA “muestra inteligencia” cuando logra lograr objetivos, superar tareas y adaptarse al entorno.
2. Resolución de problemas y metas
Otra definición influyente, de John McCarthy, Marvin Minsky y otros, concibe la inteligencia como la capacidad de resolver problemas complejos y alcanzar metas. Así, si una IA gana al ajedrez, diagnostica enfermedades o conduce un coche, se le atribuye inteligencia, sin que esto implique que “piense” o tenga conciencia.
3. Similitudes estructurales
Las redes neuronales artificiales se inspiran en el cerebro humano: ajustan conexiones internas (pesos), aprenden de datos y procesan en paralelo. Son una versión simplificada de cómo las neuronas sinápticas fortalecen o debilitan vínculos para adquirir habilidades.
4. Diferencias fundamentales
Conciencia y subjetividad: solo los seres vivos tienen experiencia subjetiva, emociones y autorreflexión real .
Sentido común y adaptabilidad: las IAs carecen de intuición, contexto emocional y esa capacidad automática para interactuar con el mundo “affordance”.
Eficiencia y energía: el cerebro humano funciona con solo ~20 W, mientras que una IA como GPT consume miles de MWh para entrenamiento o uso.
Especialización vs. flexibilidad: las IAs son excelentes en tareas específicas, pero no generalizan bien a contextos no entrenados.
5. La paradoja de Moravec
Sorprende que lo “difícil” para los humanos (aprender lógica formal) sea fácil para las máquinas, y lo “fácil” para los bebés (ver, moverse) sea extraordinariamente difícil para ellas .
Conclusión
Decir que una IA es inteligente no significa que sea un cerebro humano artificial. Significa que puede cumplir objetivos específicos, aprender patrones, resolver problemas complejos y comportarse de manera eficaz y coherente. Esa inteligencia es técnica, limitada, muy diferente de la inteligencia humana, pero útil y muy poderosa en entornos definidos.
En resumen: la IA es considerada “inteligente” por su capacidad funcional, no por emular la conciencia, flexibilidad o sentido común humano.
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