El Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) en México cerró abril de 2025 con una lectura de 45.3 puntos, según datos desestacionalizados reportados por el Banco de México y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este nivel refleja una disminución mensual de 0.6 puntos, consolidando un escenario de deterioro en la percepción económica tanto a nivel hogareño como nacional.
El retroceso se presenta en todos los componentes que conforman el índice, lo cual sugiere una pérdida generalizada de optimismo entre los consumidores. El rubro que más cayó fue el referente a las posibilidades actuales para adquirir bienes duraderos —como muebles o electrodomésticos—, el cual descendió 1.1 puntos en comparación con marzo. Le siguieron los indicadores asociados a la situación futura del país (-0.9 puntos), la situación actual del país (-0.7 puntos), y las perspectivas económicas personales y familiares (-0.2 puntos cada uno).
En términos anuales, el ICC también muestra debilidad: acumula una caída de 2.2 puntos respecto a abril de 2024. Esto indica que, incluso considerando factores estacionales, la confianza sigue por debajo de los niveles del año anterior, lo que podría ser una señal de alerta para el consumo privado, motor clave del crecimiento económico.
La Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), base metodológica del ICC, recoge información en 32 ciudades del país, representativas de todas las entidades federativas. Los datos obtenidos reflejan no solo las expectativas inmediatas de los hogares, sino también su visión prospectiva a doce meses.
Entre los indicadores complementarios, destacan algunas variaciones positivas menores, como las relacionadas con la planeación de viajes vacacionales (+3.3 puntos mensuales) y la intención de construir o remodelar viviendas (+1.6 puntos). Sin embargo, estos avances no logran contrapesar el tono general negativo del resto de los componentes.
Los datos también revelan una reducción en la percepción favorable sobre las condiciones para ahorrar, así como una leve baja en la expectativa de estabilidad de precios, lo que sugiere preocupación por la inflación persistente. Aunque el componente laboral no mostró cambios significativos frente al mes previo, sí registró una caída anual de 2.9 puntos, evidenciando una mayor incertidumbre sobre el mercado de trabajo.
Este descenso en la confianza del consumidor ocurre en un contexto complejo para la economía mexicana, marcado por una inflación aún elevada, tipos de interés altos y una demanda interna que ha mostrado signos de desaceleración. La debilidad en el ICC puede anticipar una reducción en el ritmo del gasto privado, lo que a su vez podría impactar negativamente en el crecimiento del PIB durante el primer semestre del año.
El Banco de México seguirá observando este y otros indicadores para evaluar el estado real de la economía y ajustar su política monetaria, mientras el gobierno enfrenta el reto de revertir esta tendencia mediante políticas públicas que impulsen el empleo, la inversión y el poder adquisitivo de los hogares.
There is no ads to display, Please add some