Comunicar: ¿el gran problema del gobierno?

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En una parte del discurso de Enrique Ochoa Reza, como nuevo presidente del PRI, refirió que “ciertamente hacen falta cosas por hacer y claramente no hemos comunicado bien los beneficios de nuestro gobierno priista”. Dichas palabras recuerdan otras mencionadas en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, en los que se decía que uno de los mayores problemas –o el mayor, en opinión de algunos– era la mala comunicación de ambas administraciones panistas. ¿Qué tan cierto es esto?

Mala comunicación

Es costumbre de dirigentes partidistas, resaltar lo que consideran logros de sus respectivos gobiernos, criticar a las administraciones anteriores –sobre todo si son de otro partido– y atajar las críticas señalando que todo se debe a un problema de comunicación.

         Así, reconocer que se ha comunicado mal los logros de gobierno es ya una costumbre que se viene incorporando al repertorio en los discursos de los presidentes nacionales de los partidos políticos –de cualquiera que gusten mencionar–.

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         Ahora, el tema vuelve a salir –pasando desapercibido por una gran cantidad de analistas, quienes dieron más realce al tema de la corrupción–, en la presentación como nuevo dirigente del PRI del exdirector de la CFE, quien en su discurso al registrarse apuntó que el gobierno de Peña Nieto tenía un problema de comunicación.

Veamos el diagnóstico de Ochoa Reza:

  • La política de comunicación social tiene que cambiar, el partido y el gobierno han estado alejados uno de otro y eso es un error.
  • La falta de comunicación entre gobierno y partido nos aleja de la sociedad y le facilita el camino a nuestros adversarios políticos. Ellos critican al gobierno y nosotros en ocasiones no hemos dado la batalla.

Es así que, entre otras medidas que anunció, el nuevo dirigente tricolor señaló que se trabajaría para ayudar a la administración peñanietista a mejorar en este asapecto.

         Una de las propuestas del nuevo dirigente del PRI, es reunir a los funcionarios públicos de su partido con la estructura del mismo, a fin de que informen de sus actividades, para que los militantes puedan ayudar a difundir sus logros.

         Ochoa Reza, en su discurso, señaló al respecto: “propongo que los compañeros del Gobierno, desde Secretarios de Estado, a quienes saludo con gran reconocimiento, a los Directores Generales y a los altos funcionarios asistan a reuniones de trabajo en los Estados de la República con la estructura del Partido”.

         Pero el detalle es que el PAN, en los sexenios en los que encabezó la Presidencia de la República se llevó a cabo una estrategia similar en la que los titulares de secretarías de Estado o directores generales acudían a convivir con los integrantes de lo que se llamó el Sistema PAN –presidente del partido, legisladores y secretarios del comité directivo–, para que compartieran sus acciones y el partido ayudará en la comunicación hacía la ciudadanía.

         En distintas ocasiones –en particular luego de descalabros electorales, como en 2003, 2009 o en 2012–, los análisis que se hicieron al interior de Acción Nacional apuntaban a que no se habían comunicado adecuadamente los logros de sus respectivas administraciones federales –con Vicente Fox y Felipe Calderón a la cabeza–, por lo que pidieron establecer nuevos mecanismos para mejorar la relación partido-gobierno y desarrollar campañas para dar a conocer a la ciudadanía los logros de las presidencias panistas.

         Incluso, en la parte final del sexenio de Felipe Calderón, pusieron a debatir por medio de boletines a la fundación panista Rafael Preciado Hernández con la priísta Fundación Colosio, a fin de resaltar –la primera– los logros la administración del michoacano, en tanto que la segunda refutaba dichos logros y resaltaba las omisiones.

         Pero toda esta discusión saca del tema la pregunta que hicimos al principio de esta columna, pues parece ser que en la mente de los asesores y gobernantes todo se reduce a un “problema de comunicación”, sin analizar si esto es tan cierto.

         Calderón Hinojosa, al igual que ahora Peña Nieto, no lograron comunicar los temas que deseaban fueran la prioridad en los medios, en parte por la propia estructura gubernamental que buscaba “comprar” el espacio –o coaccionar a los medios, como se denunció en el caso del famoso Max Cortázar en el sexenio calderonista– para que dieran prioridad al mensaje gubernamental, pero sin considerar que cualquier tipo de comunicación se debe basar en la realidad, pues de lo contrario será sólo una envoltura atractiva pero sin nada dentro.

         En el primer caso se tuvo a un gobierno que declaraba que iba ganando la guerra al narcotráfico, en tanto la percepción ciudadana era que no se podría ni salir a la calle; en el segundo, tenemos un gobierno que dice que todo va bien, pero el bolsillo de los ciudadanos asegura todo lo contrario.

         ¿Problema de comunicación o de que la realidad no quiere cambiar?

Del tintero

Por cierto, siguiendo con el tema, tanto se ha criticado el desempeño en materia de comunicación del gobierno de Felipe Calderón que no se explica cómo los responsables de tantos errores continúen contratados por gobiernos estatales panistas y priístas, ¿o será que entre peor sea el desempeño pasado es mejor recomendación?

 

@AReyesVigueras


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