Arrancan las campañas

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Para mí las campañas no sólo son divertidas, sino que también resultan una oportunidad para que los partidos políticos, a través de sus candidatos, conozcan más a la ciudadanía, a los habitantes, a los que piensan servir.

Las elecciones del 7 de junio están marcadas por un fuerte nivel de desconfianza hacia los partidos políticos. La desconfianza no es gratuita: escándalos públicos, conflicto de intereses en altos niveles de gobierno, silencios que están en el límite de la complicidad, y podemos seguir la lista. Sin embargo, los partidos políticos son instrumentos necesarios en una democracia; apostarle a la abstención o a la debilitación de ellos es un juego peligroso que beneficia sólo a quienes tienen posibilidad de movilización.

Si los partidos no se han acercado a los ciudadanos, la campaña es una oportunidad. Los candidatos y candidatas son la voz y el rostro de sus organizaciones y deberán hacer un esfuerzo grande en suplir las deficiencias de las dirigencias partidistas así como enfrentar las dudas de una ciudadanía enojada y con sensaciones de cansancio.

La desconfianza en las elecciones tiene sus antídotos y uno de ellos no es la invitación a la abstención, sino la información, la transparencia, la claridad de las propuestas.

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Los mensajes de los candidatos no son sólo a través de la publicidad o de las entrevistas. En realidad hay otros mensajes que pueden dar los candidatos a través de su conducta. Daré algunos ejemplos.

Para la transparencia. El Instituto Mexicano para la Competitividad y Transparencia Mexicana han presentado una propuesta: que los ciudadanos pidan a los candidatos “que publiquen #3de3”. Consiste en hacer pública la declaración patrimonial (o el compromiso de publicarla en caso de ganar); así como las declaraciones de impuestos y la posibilidad de algún conflicto de intereses.

Para la claridad en las propuestas. Los debates entre candidatos ayudan a los ciudadanos a decidir por quién votar. El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), la semana pasada al recibir el registro de los candidatos de PRI y Verde —que son lo mismo, por algo le dicen el “partido sandía”— declaró que la contienda electoral “es y debe ser una confrontación de ideas y de propuestas para enfrentar los problemas del país, problemas que no son pocos, son muchos, son graves y son estructurales”.

Para la información. Ni la honestidad, ni el honor, ni la capacidad de una persona se pueden leer en un currículum, pero es un buen inicio para conocerla. El presidente del INE, en cada registro de candidatos, los ha invitado a que aporten su currículum a fin de que se puedan encontrar en la página del organismo en el portal “Candidatas y candidatos: conócelo”. Ya veremos cuántos lo hacen, pero la herramienta está ahí. Hacerlo sería una señal del interés del candidato para que los electores tengan un poco de más confianza en ellos y en los partidos.

Para la confianza. La campaña de cada candidato puede ser motivo de confianza: la congruencia entre lo que dice y lo que hace. Un candidato cuyo partido tiene que violar la ley para hacer campaña no genera confianza, un candidato que se niega a presentar su declaración patrimonial y su currículum no genera confianza, un candidato que se niega a debatir no abona a la confianza; por eso el llamado de Lorenzo Córdova: “Como nunca necesitamos un debate tan intenso y tan ríspido como sea necesario”.

Hoy más que nunca estoy convencida de que México necesita un Poder Legislativo que sea un verdadero contrapeso, que combata la corrupción y sobre todo que responda a la abrumadora exigencia de honesta representación que reclaman los ciudadanos. Para ello serán importantes la transparencia, la información, la claridad y la confianza.


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