Desintoxicando las Redes: ¿Menos Bots, Más Chamba?

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En el fabuloso circo de la política mexicana, donde el gobierno a veces parece más un mago de feria que un administrador serio, hoy queremos desmenuzar un tema que da risa y miedo a la vez: la manipulación de la información. Ese arte de hacer desaparecer la realidad más rápido que un billete en una cantina. Ya sabemos que en el reino de AMLO, la verdad es como el novio que nunca llega: siempre se anuncia, pero jamás se presenta. Y así, entre fake news y cuentas de propagandistas, es hora de preguntarnos: ¿cómo hacemos para limpiar la conversación pública y evitar que la 4T se ría de nosotros a escondidas?

Primero que nada, dejemos claro algo: si ves una cuenta en redes que habla de «los logros innegables» del gobierno que no puedes comprobar ni con un telescopio, piénsalo dos veces antes de darles un like. ¿Por qué? Porque la mayoría de esas cuentas son más falsificadas que el pasaporte de un premio Nobel en la fila del INE. Y olvídate de los «cibernautas patriotas», esos que dedican su tiempo a replicar una y otra vez las ocurrencias del gobierno como si fueran el coro de una canción de José José. ¿Acaso de verdad crees que tienen un máster en propaganda o simplemente se mueren de hambre y buscan su cena en el Twitter oficial?

Básicamente, lo que necesitamos es un detox digital: quitar de nuestra vista esas cuentas que son como el agua en la alberca de una fiesta—te hacen sentir mal, pero difícilmente se pueden evitar. El truco es dejar de compartir sus pendejadas. Si no les damos visibilidad, no habrá dónde colar su veneno. Recuerda que en las redes sociales, como en la vida, la ignorancia es una bendición. Así que, en lugar de retuitear esas imágenes editadas que parecen sacadas de una película de relleno de Hollywood, ¿no sería mejor crear un espacio donde se respete la inteligencia colectiva?

Y no me malentiendas, no estoy diciendo que seamos unos amargados que solo comparten memes de gatos y teorías sobre la existencia de los ovnis. No, no, no; se trata de alzar la voz, pero con sentido. Hablemos de realidad, de lo que sí pasa en este país: de la inseguridad que ya se siente más cerca que tu suegra en Navidad, de la corrupción que sigue siendo más fuerte que el deseo de un viernes sin quincena. Esos son los temas que deben salir a la luz, no la más reciente ocurrencia gubernamental que parece escrita por un mal guionista de telenovelas.

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Así que la siguiente vez que te cruce una cuenta de esos propagandistas del gobierno, recuerda: el márketing de Twitter es como la venta de elotes en la calle: no todo lo que brilla es oro, y a veces el que más grita es el que menos tiene que ofrecer. Cerremos ciclo, desenmascaremos el show mediático y construyamos una conversación pública más pulcra. ¡A limpiar la red, que el espectáculo ya no tiene chiste!

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