La Gran Final del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga 2025, XLII Concurso de Creación Coreográfica Contemporánea INBAL-UAM –convocado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y la Coordinación Nacional de Danza, en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– se realizó el sábado 8 de noviembre de 2025, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
Ante el público, que llenó el recinto, se presentaron las coreografías finalistas: El ruido de las cosas al romperse, de Daniel Luis (Nuevo León); ICE, de Funky Maya (Ciudad de México); Prity Guoman, de Miranda García (Ciudad de México); Flores negras para Violeta, de Raúl Tamez (Ciudad de México), y Doce pasos, de Frankie Aviña (Ciudad de México).
La velada abrió con El ruido de las cosas al romperse, pieza que surge de los procesos de cicatrización del cuerpo para proponer una reconciliación con el dolor y con las marcas que deja. Siguió ICE, obra que convierte en movimiento el encierro y el trauma de niñas y niños migrantes detenidos por la autoridad migratoria de Estados Unidos y que contrapone la frialdad del sistema con la resistencia colectiva.
Siguió Prity Guoman, de Miranda García, que expone la violencia estética de los cánones de belleza patriarcales y cuestiona el “empoderamiento” capitalista que recae sobre los cuerpos de las mujeres, mientras propone la colectividad como refugio. En Flores negras para Violeta, Raúl Tamez teje un canto coreográfico a las maternidades, a la violencia de género y a la figura de Violeta Parra, a través de imágenes de velorio, niñez, cuerpo andrógino y jaulas simbólicas. La función cerró con Doce pasos, de Frankie Aviña, que aborda la adicción y la recuperación como un ritual físico, con seis intérpretes que encarnan la lucha por la dignidad y la posibilidad de cambio.
Al término de las funciones se llevó a cabo la ceremonia de premiación, que encabezó la directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Alejandra de la Paz; el rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana, Gustavo Pacheco López; la coordinadora general de Difusión Cultural de la UAM, Giselle Arce Padrón; la subdirectora general de Bellas Artes, Haydeé Boetto Bárcena, y el coordinador nacional de Danza, Alonso Alarcón Múgica. El jurado estuvo integrado por la coreógrafa y bailarina Lola Lince, el artista escénico Antonio Salinas y el director artístico Abdiel Villaseñor.
En representación del jurado, el artista escénico Antonio Salinas subrayó la importancia del enfoque intergeneracional del certamen. “Queremos agradecer primero como grupo curatorial la invitación a este evento que ha marcado nuestras vidas personales y profesionales. Somos personas de tres generaciones, pero con el mismo objetivo: celebrar la danza y su diversidad. Agradecemos que el premio tenga el formato de tres categorías, pues nos permite analizar el proceso que todo creador tiene a lo largo de su vida y nos da la oportunidad de reconocer voces noveles en proceso de consolidación y a los autores reconocidos por su trayectoria; nos recuerda que la juventud y la madurez construyen juntas el futuro”.
Antes de los premios principales, se informó una mención especial. “Por la verificación del concepto coreográfico en su diseño, uso de materiales y textiles, paleta de color y por su diálogo con la obra, queremos dar una mención especial a Mauricio Arizona por su diseño de vestuario para la coreografía Blue, de Alex Chávez Flores y Jesús Velasco Medina”, informó Antonio Salinas, y agregó que el equipo curatorial busca implementar en el futuro un premio para diseño de vestuario, “para incentivar la participación de profesionales de esta área en beneficio del discurso coreográfico”.
En la categoría de Mejor Música Original, el director artístico Abdiel Villaseñor destacó: “Por su producción, estructura y desarrollo, porque dialoga y potencia el sentido y atmósfera de la coreografía contribuyendo a la poética de la obra, el premio a Mejor Música Original es para Huno Huno por la coreografía El ruido de las cosas al romperse, de Daniel Luis”.
A su vez, la coreógrafa y jurado Lola Lince informó: “por su concepto, narrativa, abstracción, creación de espacios, temperaturas y texturas; por su resolución técnica y por su capacidad de afectar el lenguaje corporal de las intérpretes, el premio a Mejor Iluminación es para Esaú Corona por la pieza El ruido de las cosas al romperse”.
En la categoría de Mejor Interpretación se concedieron dos galardones. Antonio Salinas explicó los criterios: “Por encarnar el lenguaje de la propuesta coreográfica, presencia escénica, control y precisión corporal, musicalidad, conexión energético-emocional y capacidad de construir sentido más allá de la forma”, por ello, los premios para Mejor Interpretación fueron para Pamela Grimaldo, por la coreografía Flores negras para Violeta, de Raúl Tamez, y para Dará Vera, por la coreografía El Rancho, de Gabriela Medina.
En la categoría Trayectoria Emergente, el jurado destacó la vitalidad y autenticidad de las nuevas voces de la danza contemporánea mexicana, así como su capacidad para comunicar desde el gesto y la emoción.
“Nada es neutro, todo comunica. Por su investigación formal y su fuerza expresiva que dialoga con el contexto político, social y emocional actual, el Premio Nacional de Danza en la categoría C es para Miranda García, por la coreografía Prity Guoman”, expresó Abdiel Villaseñor al anunciar a la ganadora. El reconocimiento lo entregó Alonso Alarcón, coordinador nacional de Danza.
En la categoría B, Trayectoria en Consolidación, el jurado destacó la madurez de la escritura coreográfica: la coherencia estética, la relación entre técnica y voz propia, así como el trabajo espacial y lumínico. Por ello, el Premio Nacional de Danza en la categoría B fue para Daniel Luis por El ruido de las cosas al romperse. La subdirectora general de Bellas Artes, Haydeé Boetto Bárcena, realizó la entrega del reconocimiento.
Y, en la categoría A, Trayectoria Consolidada, Antonio Salinas señaló que en el imaginario de todo artista hay un momento en que se pide a sí mismo la escucha de su propia voz: “Valoramos que la obra tenga una estructura consistente, construcción de lenguaje, capacidad de dirigir a los intérpretes y a cada una de las creativas y creativos que convoca para darle coherencia a su propuesta y dejarle un sello de autor. Por estas razones, el Premio Nacional de Danza a Mejor Obra de la categoría A es para Raúl Tamez por la pieza Flores negras para Violeta”.
Con la entrega de los reconocimientos, concluyó la edición 2025 del Premio Nacional de Danza Guillermo Arriaga, que a lo largo de las eliminatorias en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo y la Gran Final en el Palacio de Bellas Artes refrendó la diversidad, la calidad artística y la vitalidad de la creación coreográfica contemporánea en México.



























