Órale, carnales, aquí en Off the Record nos clavamos en los chismes que corren como reguero de pólvora en las redes, esos que no salen en los noticieros oficiales porque pican. Hoy, el tema que nos tiene con el ojo cuadrado: cada vez que cae un balazo en la política mexicana, los de arriba sueltan el disco rayado de «no habrá impunidad, ya estamos investigando». Pero, ¿y el qué? ¿Dónde carajos quedan los motivos y los sesos detrás de los tiros? Vamos a desmenuzar los rumores –ojo, puro cotilleo de Twitter y Reddit, nada confirmado, eh– sobre casos que apestan a encubrimiento: los dos compas de Clara Brugada, el plomazo al abogado David Cohen, el degüello del alcalde Arcos en Chilpancingo y esa sarta de crímenes diarios que nos tienen hasta la madre.
Arrancamos con Ximena Guzmán y José Muñoz, los colaboradores de la jefa de Gobierno que se los chamuscaron en mayo del 25, en plena Calzada Tlalpan, como si fueran extras de narconovela. En X, la bola dice que no eran blancos directos, sino «daños colaterales» de un mensajito del narco a Brugada: «Óyeme, güey, ábreme la puerta o sigues tú». Un tuitero anónimo jura que eran pros con motos y AKs, sin deudas ni amenazas previas, puro aviso de los que mandan en la sombra. Otro, más conspiranoico, apunta a que los bots del gobierno ya andan echando culpas al PRIAN o hasta a gringos de la DEA, pa’ distraer. ¿Impunidad? La Fiscalía de CDMX dice que investigan, pero en Reddit, en hilos como el de «¿El país tiene salvación?», la gente truena que es puro teatro: «Si no tocan a los peces gordos, ¿pa’ qué?».
Luego, el caso del licenciado David Cohen, que se lo llevaron a tiros el 13 de octubre, justo en las escalinatas del Poder Judicial, como si fuera película de Tarantino. El chisme en las redes es jugoso: andaba a punto de soltar una bomba contra Andy López Beltrán, el chamaco de AMLO, por chingaderas millonarias. El sicario, un tal Donovan Calderón que andaba de matón rentado pa’ desalojos, confesó que le cayeron 30 mil varos por el curro. Pero el detalle que calienta: Cohen se reunió con un magistrado minutos antes, y su escolta dice que venían de su oficina en Reforma. ¿Coincidencia o le cerraron el hocico? Simon Levy, que lo llama carnal cercano, hasta denunció un atentado contra él mismo, jurando que el gobierno los quiere calladitos. En foros de Reddit, como el de linchamientos, la raza opina que esto es el colmo de la impunidad: «Si matan a un abogado en la puerta de la justicia, ¿qué nos espera a los jodidos?».
Y no olvidemos a Alejandro Arcos, el alcalde de Chilpancingo que lo degollaron en octubre del 24 –un año después, y ni madres, solo un pinche detenido. El rumor que vuela en X es que la exalcaldesa morenista, aliada de Los Ardillos, lo mandó al otro barrio por ganarle la elección y no soltar la lana de campaña. Iba a una «reunión específica» en territorio ardillero, y zas, cabeza en la cajuela. En Reddit, en posts sobre estados con baja violencia, Guerrero sale como ejemplo de narco-control total: «Impunidad al cien, carnal, los políticos bailan al son del diablo».
Esto es la punta del iceberg, wey: en el primer trimestre del 25 ya van 50 crímenes políticos, Veracruz lidera con 65 ataques, y la onda es que el narco caza a diestra y siniestra pa’ debilitar al gobierno. Rumores de que Sheinbaum y Harfuch ocultan cifras, o que la elección judicial del 25 metió narcos en togas. Puro desmadre no confirmado, pero que nos deja rascándonos la cabeza: ¿investigan de a devis o nomás pa’ la foto? Si no sueltan la sopa pronto, el pueblo va a armar su propia justicia, y eso sí que pinta feo. Nos leemos, quédense con el ojo abierto.
