Seguridad Pública, se puede mejorar sin militarización: Observatorio Nacional Ciudadano

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El Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) analiza la estrategia de seguridad nacional de México bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum, examinando sus cuatro ejes principales: atención a las causas, fortalecimiento de la Guardia Nacional, uso de inteligencia y coordinación interinstitucional.

En el documento se critica la falta de innovación y la continuidad de enfoques previos, señalando la problemática militarización de la seguridad pública y sus consecuencias negativas para las mujeres. Además, se evalúan las debilidades institucionales de las policías locales, la ineficacia de programas sociales en la prevención del delito, y el desempeño de instituciones como la FGR y la CEAV.

Finalmente, se aborda la necesidad de mejorar el gasto público en seguridad y la importancia de una perspectiva de género en la política de seguridad.

A continuación ofrecemos un resumen con los puntos más importantes del análisis.

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Estrategias para Reducir la Violencia y Mejorar la Seguridad Pública

Las fuentes proporcionadas ofrecen varios ejemplos de estrategias que han sido implementadas en México con el objetivo de reducir la violencia y mejorar la seguridad pública. A continuación, se presentan algunas de las más destacadas:

  • Fortalecimiento de las instituciones policiales: Se ha observado que entidades federativas con mandos civiles y profesionales al frente de sus secretarías de seguridad, como Yucatán, Ciudad de México y Coahuila, han logrado gestionar la seguridad sin depender de la militarización.
    • En la Ciudad de México, bajo la administración de Omar García Harfuch, se implementaron cambios como dotar a la policía con facultades de investigación, agilizar el proceso de recolección de pruebas y aumentar el número de cámaras de videovigilancia.
    • En Coahuila, se implementó una estrategia de seis ejes: coordinación entre los distintos niveles de gobierno, coordinación con estados vecinos, fortalecimiento del marco legal, mejora de la infraestructura de seguridad, dignificación del servicio policial y depuración de los cuerpos policiales.
    • En Yucatán, se destaca la continuidad del liderazgo del comandante Luis Felipe Saidén Ojeda, quien ha ocupado el cargo desde 2007 y ha implementado una estrategia exitosa que ha mantenido los niveles de violencia bajos.
  • Atención a las causas subyacentes de la violencia: A través de programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro, el Programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez y Sembrando Vida, se ha buscado combatir la pobreza, la falta de oportunidades laborales y la desigualdad en la educación.
    • Sin embargo, es importante destacar que estos programas no fueron diseñados específicamente para la prevención del delito y la violencia.
    • Las evaluaciones realizadas hasta ahora se han enfocado en sus objetivos principales (educación, empleo, bienestar económico), y no se ha generado suficiente evidencia que respalde su impacto directo en la reducción de la criminalidad.
  • Prevención social del delito: Diversas estrategias, como el Programa Nacional de Prevención del Delito (PNPD), el Programa Escuela Segura y la recuperación de espacios públicos, se han implementado en administraciones anteriores con el objetivo de abordar las causas subyacentes de la delincuencia.
    • Sin embargo, la falta de un enfoque integral, la dependencia en la militarización de la seguridad y la falta de seguimiento y evaluación han limitado su efectividad.

Retos y Áreas de Mejora

A pesar de los esfuerzos mencionados, las fuentes también señalan una serie de retos y áreas de mejora para lograr una reducción sostenible de la violencia y una mejora significativa de la seguridad pública en México:

  • Militarización de la seguridad pública: La creciente participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública ha generado preocupación debido a su impacto negativo en los derechos humanos, especialmente para las mujeres.
    • La evidencia sugiere que la militarización no ha logrado los resultados esperados en términos de reducción de la violencia y, en algunos casos, ha exacerbado la situación.
  • Falta de enfoque integral en la prevención: La atención a las causas subyacentes de la violencia debe ir más allá de la implementación de programas sociales, requiriendo una estrategia integral que incluya aspectos como el acceso a la justicia, la intervención psicosocial y la organización social contra las conductas antisociales.
  • Debilidad institucional: La corrupción, la falta de profesionalización y las disparidades regionales en cuanto a recursos y capacidades de las policías estatales siguen siendo obstáculos importantes para la seguridad pública.
  • Falta de coordinación y articulación: La falta de coordinación entre los programas sociales y las estrategias de seguridad pública, así como la falta de un enfoque federalista que involucre a las autoridades locales en la toma de decisiones, limitan la efectividad de las políticas de seguridad.
  • Subejercicio del gasto público: La incapacidad de utilizar todos los recursos asignados a la seguridad pública afecta la implementación de programas clave y limita la capacidad del Estado para cumplir con sus objetivos.

Recomendaciones

Las fuentes sugieren diversas recomendaciones para mejorar la situación de la seguridad pública en México:

  • Desmilitarización de la seguridad: Es crucial avanzar hacia un modelo de seguridad ciudadana que priorice la participación de las policías civiles y reduzca la dependencia de las fuerzas armadas.
  • Fortalecimiento de las instituciones policiales: Se deben implementar estrategias para combatir la corrupción, mejorar la profesionalización y la capacitación de los cuerpos policiales, y reducir las disparidades regionales en cuanto a recursos y capacidades.
  • Diseño e implementación de una estrategia integral de prevención: Se requiere un enfoque que atienda las causas subyacentes de la violencia, integrando programas sociales, políticas de acceso a la justicia, intervención psicosocial y la participación comunitaria.
  • Fortalecimiento del federalismo: Es fundamental involucrar a las autoridades locales en la toma de decisiones y en la implementación de las políticas de seguridad, reconociendo su conocimiento de las necesidades específicas de sus comunidades.
  • Mejora de la gestión del gasto público: Se deben implementar mejores prácticas para evitar el subejercicio y el sobreejercicio, garantizando que los recursos se utilicen de manera eficiente y transparente.

Es importante tener en cuenta que las fuentes se centran en un conjunto limitado de problemas e instituciones. Para una comprensión más completa de la situación de la seguridad pública en México, se requeriría un análisis más amplio que incluya otras dimensiones del problema.

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