Pero ¿sabes por qué se eligió esa fecha? No fue al azar, ¡tiene un significado súper especial y un héroe detrás! Resulta que ese día nació Baruch Samuel Blumberg, un científico gringo que en 1976 se llevó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina. ¿Por qué? Porque ¡descubrió el virus de la hepatitis B y, de pilón, creó la primera vacuna! ¡Así como lo lees!
Este chismecito de la fecha es solo la punta del iceberg de lo interesante que es la hepatitis. Mucha gente cree que es una sola enfermedad, pero en realidad es como una familia de virus (A, B, C, D y E) y cada uno tiene su propia personalidad. Algunos son como un resfriado fuerte y se van solos, pero otros, ¡ojo!, pueden volverse crónicos y causar problemas graves en el hígado, como cirrosis o cáncer. Y lo peor es que muchos ni saben que la tienen porque los síntomas pueden ser súper silenciosos.
Imagina que es como un enemigo invisible que ataca tu hígado sin que te des cuenta. Por eso es tan importante la prevención y el diagnóstico temprano. ¿Cómo te puedes proteger? Con vacunas, sí, ¡existen para las más comunes! También teniendo cuidado con lo que comes y bebes, y si te vas a hacer un tatuaje o un piercing, ¡asegúrate que todo esté súper limpio y desinfectado! El Día Mundial de la Hepatitis es para eso, para echarnos un grito y recordarnos que hay que ponernos las pilas con esta enfermedad que, aunque no siempre se vea, ¡está ahí!
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