Renuncian 8 ministros de la SCJN, Morena festeja la crisis constitucional que creó

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Los ministros Norma Piña, Margarita Rios Farjat, Juan Luis González Alcántara, Luis María Aguilar Morales, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Javier Laynez Potisek y Alberto Pérez Dayán presentaron su renuncia, anunciando que no participarán en el proceso electoral para elegir jueces y magistrados derivado de la reforma al Poder Judicial que ha impuesto Morena, desoyendo críticas o propuestas para no provocar una crisis constitucional.

Pero para Morena, partido que ha sido terco en hacer una reforma que contiene errores, con artículos que se contradicen y modificaciones que afectarán los derechos de los mexicanos, no importan las renuncias, pero ya Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal, defensores a toda costa de la reforma, anunciaron que el Senado rechazará las renuncias para evitar que los ministros tengan sus haberes de retiro.

El hecho de que Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz Ahlf se mantengan representanto a Morena en la Suprema Corte, muestra como el principal objetivo de dicha reforma es apoderarse del Poder Judicial para evitar que impida hacer lo que le plazca al presidente en turno, como en el Tren Maya y la devastación ecológica que provocó, y así imponer cualquier capricho que se dicte desde el partido en el poder.

Varios de los ministros que presentaron su renuncia manifestaron su inconformidad con la reforma y la falta de coherencia en la misma, además de que Juan Luis González Alcántara denunció que Arturo Zaldivar, quien renunció a la Corte para apoyar a Claudia Sheinbaum, y se retiró con una de las pensiones más altas en años recientes, conforme a las leyes vigentes cuando ingresaron a la Suprema Corte.

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González Alcántara también afirmó que la pensión de Zaldivar es “nada comparado con lo que recibe el director del Banco de México, de Nacional Financiera, o lo que cuesta mantener a Palacio Nacional para que viva una sola persona”.

Así, una vez que Morena logre su objetivo, tendremos una Suprema Corte sin capacidad para revisar reformas constitucionales, aunque sean contrarias a la carta magna, para proteger derechos de los mexicanos con un juicio de revisión, incluso cuando se violen derechos humanos, o para servir de contrapeso al Ejecutivo Federal, todo para cumplir con el capricho del expresidente para revivir la época de partido hegemónico siendo el PRI 2.0.

Y mientras tanto, la oposición sigue extraviada.