Off the Record: La chilindrina que ahorca perritos y silencia críticas… ¿con qué cara?

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¡Qué tal, carnales! Aquí andamos en Off the Record, ese rinconcito donde soltamos los chismes que corren como pólvora en las redes, pero ojo: todo esto son versiones no confirmadas, rumores que andan de boca en boca entre tuiteros y facebusers, y comentarios de usuarios que no se callan ni con un chorro de agua bendita. Nada de verdades absolutas, ¿eh? Solo el pulso de la calle digital, para que saquemos nuestras propias conclusiones. Hoy, el foco cae en Ana Villagrán Villasana, la titular de la Agencia de Atención Animal de la CDMX, esa ex panista que se pintó de guinda como por arte de magia y ahora anda en el barco de Morena –el mismo partido que antes le echaba con todo en sus críticas pasadas–. ¿Chapulina o estrategia maestra? Los comentarios en X dicen que es puro oportunismo, y no les falta razón.

Arrancamos con el escándalo que la puso en el ojo del huracán allá por junio: videos que circularon como virus, mostrando a Villagrán jaloneando y sometiendo a sus propios lomitos en público, uno de ellos en un evento de bienestar animal –¡ironía máxima!–. Un usuario, @GlodeJo07, lo clavó clarito: «La funcionaria de protección animal del gobierno de CDMX Ana Villagrán […] fue captada maltratando animales y después amenazando a quien exhibió su delito.» Otro, @luzelenachavez8, soltó la sopa: «Maltrata a sus perritos, los hacina en la azotea y los agrede físicamente. Esta mujer es violenta, soberbia, grosera». Y no paró ahí: se dice que amenazó a una vecina que la grabó, con audios y mensajes que andan rodando en grupos de activistas. ¿Ahorcar al perro? Bueno, los rumores hablan de un jalón tan fuerte que pareció estrangulamiento, en un video de un evento oficial. @YoAmoaLaCiencia, que ha sido de las más vocales, lo resumió brutal: «Se le observa […] tratando de inmovilizarlo [al animal], cierra el hocico con fuerza y sujeta agresivamente». Clara Brugada y su jefa en Medio Ambiente, Julia Álvarez, prometieron investigar, pero ¿dónde quedó eso? Los tuiteros gritan «complicidad» y «hipocresía», porque Villagrán sigue en el puesto, capacitando a otros en etología mientras sus perros –dicen los chismes– ladran solos 12 horas al día en su depa.

Pero el drama no para: justo cuando parecía que el polvo se asentaba, Villagrán revive el show con una denuncia por «violencia política de género» contra esa misma @YoAmoaLaCiencia, por supuestamente «desacreditar su imagen» con posts sobre irregularidades en Agatan. ¿Resultado? El Tribunal Electoral de la CDMX y el IECM se lavaron las manos: «Incompetentes», dijeron, porque no hay pie electoral que valga. Lucía Hernández lo contó en vivo: «Intentaba impedirme hablar de su trabajo público […] ¿Brugada avalará el abuso de poder?». En X, estalló el cachondeo y la indignación: @Libro_negro_ lo pintó crudo: «Otra prueba más de que en Morena aman la censura». Y un chairo arrepentido, @_Karmaleon, remató: «Increíble el cambio de Ana Villagrán desde que se pasó a Morena. Secta de locos!».

¿Patrón morenista o solo Villagrán en su salsa? Recuerden a las que antes eran opositoras y ahora usan el «vpg» como escudo para callar críticas –rumores que corren por todos lados–. Usuarios como @Mr_Civico clavan: «Fue grabada obligando a su perro a caminar en dos patas mientras lo somete del cuello […] mientras estaba trabajando». ¿Cuánto tardará Brugada en mover ficha? O ¿seguirá el erario bancando a esta «animalista» controvertida? En las redes, la sospecha es que esto huele a revancha post-escándalo, y que el cambio de colores fue para trepar sin caerse. Al final, carnal, la neta duele: ¿proteger animales o protegerse uno mismo? Sigan el hilo, que esto pinta para más.

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