En días recientes, el panismo se movió pero no para apoyar alguna de las causas que defiende, sino motivado por las posibles candidaturas que se están construyendo. La iniciativa que Roberto Gil presentó en el Senado para la legalización de la marihuana agitó las aguas azules, que se mantienen intranquilas por la disputa por la candidatura presidencial de 2018.
Legalizar la yerba
Roberto Gil generó una polémica al interior del Partido por la presentación de una iniciativa para legalizar el consumo de la marihuana. Pero la polémica no se dio porque hubiera quienes se oponen a este tema, o porque algunos pensaran en que no es la opción para resolver un problema, vamos: ni siquiera es porque contradice una posición histórica del Partido acerca de este tema.
La realidad es que el alboroto panista fue porque, como varios medios lo reflejaron, la iniciativa puede servir de plataforma a las aspiraciones futuras del senador oriundo de Chiapas y socio del expresidente del Partido, Germán Martínez Cázares.
Las perspectivas para Gil han comenzado a preocupar a muchos en el Partido, en especial a quienes forman parte de un grupo contrario que busca la misma meta: alguna candidatura, en particular la presidencial en 2018. Gil Zuarth ganó atención por la presentación de la iniciativa, además de que se integrará a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México que redactará la nueva Constitución capitalina, es presidente de la mesa directiva del Senado y su nombre suena para encabezar el partido, buscando suceder a Ricardo Anaya, o aspirar a participar en el proceso para elegir candidato en 2018, ya sea como parte de sus planes o como parte de los del grupo de Rafael Moreno Valle.
Gil Zuarth arribó al partido de la mano de Martínez Cázares, como asesor cuando el segundo era representante del Partido ante el IFE, para luego ser su suplente en la etapa del expresidente del Partido como legislador. Además, ambos son socios en un despacho jurídico.
En el plano ideológico, Gil Zuarth se ha mostrado abierto a definir al PAN como un partido liberal, en contra de la posición de otros militantes que hablan de un instituto humanista. En la revista Bien Común, dirigida en ese entonces por un servidor, se publicó una colección de artículos que ofrecían un panorama de ese debate interno que se dejó de lado por temas electorales.
Así que no es sorpresivo que Roberto Gil presentara dicha iniciativa, que se inscribe en un vacío respecto al tema por parte del Partido. La mejor prueba de esto es que las reacciones no fueron por el contenido de la propuesta, sino por la posibilidad de que la misma ayudará a las aspiraciones políticas futuras del actual senador.
Y del debate sobre si el PAN es liberal o humanista, nada, ese tipo de temas no son del interés del Partido.
Dos mujeres en contrastes
También en la semana que termina, dos mujeres ofrecieron imágenes contrastantes de lo que cambiado en la militancia panista. Ambas han dejado al partido por la falta de espacios, pero demuestran que la batalla femenina por el reconocimiento de sus derechos políticos aún se mantiene.
En Puebla, Ana Tere Aranda continúa dando la batalla por lograr ser candidata a la gubernatura, luego de que la autoridad electoral local le negara el registro, acusándola además de falsificación de firmas. El tema se resolverá en el TEPJF.
En tanto en Zacatecas, Giselle Arellano, quien hace tres años se vio envuelta en un escándalo debido a que cuando se postuló como candidata a diputada, salió a relucir que en el pasado había trabajado como “escort” en Estados Unidos, por lo que surgió una campaña en contra del panismo que aludía a su doble moral, acompañado por bromas sexistas y misóginas. Ahora, Arellano dejó al PAN y vuelve a postularse por el PT, generando los mismos comentarios en contra. Si en su momento el PAN no la defendió, ¿qué hará ahora?
Los nombres del Constituyente
En columnas y artículos de prensa, no cayeron nada bien las propuestas que se manejan para que el PAN integre a algunos de sus cuadros a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.
Comentario como “son los mismos de siempre”, o preguntas acerca de su no había otras opciones, además de los pocos espacios que tendrá el Partido, ha generado una pobre imagen de esta fuerza política en la capital del país, confirmando que se trata de un instituto pequeño en la urbe más grande del país.
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