Los errores de Madero

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Lo comentan dentro de su partido. No sólo en el grupo contrario (los calderonistas), también entre los suyos, los que le quieren bien, los propios maderistas.

¿Qué dicen? Que hubiera sido preferible que Ricardo Anaya –actualmente al frente del grupo parlamentario de Acción Nacional en la Cámara de Diputados– hubiera permanecido como presidente del PAN en esta etapa en lugar del retorno de Gustavo Madero.

La razón es simple: Anaya es conciliador. No trae tantos gatos en la barriga como Madero, ni ha recibido los agravios que sufrió el de Chihuahua por parte de Felipe Calderón y miembros de su equipo luego conjuntados en torno a Ernesto Cordero.

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De hecho, cuando el de Querétaro presidió el partido, los conflictos disminuyeron, los ánimos se serenaron, figuras que ya ni se paraban por la sede nacional volvieron por ahí. Y ahora que regresó a la Cámara de Diputados, buena parte de su labor entre sus compañeros de bancada ha consistido en remendar los jirones que dejó su antecesor, Isabel Trejo.

“Está poniendo curitas por todos lados”, comentan en broma en los corrillos blanquiazules.

Pero lo más grave no está ahí, sino en lo que ha sucedido en torno a las candidaturas –particularmente para las de gobernador– rumbo a las elecciones del próximo 7 de junio.

Lo exponen así los propios panistas: Por su ambición y su soberbia –junto con algunos integrantes de su equipo–, le quitó al PAN tres gobiernos que se tenían prácticamente en la bolsa: San Luis Potosí, Colima y Nuevo León.

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LAS CAMARILLAS PUSIERON SU PARTE.- En San Luis Potosí, los maderistas, apoyados (por omisión cuando menos) desde el centro, orillaron al senador Octavio Pedroza Gaitán –iba 15 puntos arriba de sus compañeros– a retirarse de la contienda.

¿Por qué?, porque no era maderista. Porque no encajaba con el grupo azul que parte y reparte los pedazos del pastel en SLP y Madero nunca lo recibió.

“Pusieron a candidatos de contentillo de un grupo político”, acusaría Pedroza.

La gran ventaja de Acción Nacional para la elección de gobernador se esfumó ahí. Su candidata, Sonia Mendoza, con dificultades aparece hoy en día en empate frente al priista Juan Manuel Carreras. Incluso hay encuestas que sitúan a la panista hasta cinco puntos por debajo del candidato del PRI.

En Colima ocurrió un desaguisado distinto. Ahí sí, Madero decidió dejar al aspirante mejor posicionado: el ex presidente municipal de Manzanillo, Virgilio Mendoza Amezcua. Pero permitió que su favorito, el senador Jorge Luis Preciado, intentara imponer a Mendoza a buena parte de los candidatos para las distintas posiciones que se jugarán.

Virgilio, con diez puntos arriba de Preciado, no lo aceptó y también se bajó de la carrera. Ahora el ex jefe de la bancada del PAN en el Senado lleva las de perder. Colima es uno de los estados en que el PRI ve un triunfo fácil.

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LA CARRERA PRESIDENCIAL EN MEDIO.- El caso de Nuevo León es el más sonado y del que más se ha escrito y hablado. Sabido era que Margarita Arellanes, apoyada originalmente por Madero, lucía como la gran favorita para llevarse la joya de la corona de las próximas elecciones.

Pero a 10 días de la confirmación de la candidatura blanquiazul, el presidente del PAN supo de la “traición” de Arellanes: Por debajo de la mesa había pactado su apoyo (con vistas al 2018) con el gobernador poblano Rafael Moreno Valle.

Madero la derrumbó en unos cuantos días. Felipe de Jesús Cantú, maderista a toda prueba, se convirtió en el candidato de Acción Nacional. Pero es tan poca su fuerza que el panista aparece en tercer lugar en las encuestas: muy por debajo de la priista Ivonne Álvarez y debajo incluso del candidato independiente Jaime Rodríguez El Bronco.

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GEMAS: Anuncio dado este mediodía en el Museo de Memoria y Tolerancia: “Por motivos de seguridad, se da por cancelado el pronunciamiento de Carmen Aristegui en el museo”.


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