¡Pura farsa, mis estimados lectores! La 4T y Morena, esos paladines de la justicia social y el «no injerencismo» (ajá), nos acaban de dar una cátedra magistral de cómo la congruencia les viene valiendo un reverendo cacahuate. Resulta que andan desgañitándose en apoyo de la flamante expresidenta argentina, Cristina Kirchner. ¿Las pruebas en su contra? ¡Bah! Detalles insignificantes para estos maestros del despiste.
Es como cuando tu cuñado te dice que ya dejó de tomar, pero lo cachas con una caguama en cada mano. Así, con esa misma desfachatez, se dan baños de pureza pidiendo que nadie se meta en los asuntos de México, pero les falta tiempo para echarle porras a la señora Kirchner, aunque las acusaciones de corrupción le lluevan hasta por debajo de las piedras. ¡Ah, pero eso sí, con la bandera de la «solidaridad internacional» en alto! ¡Qué no se note el doble rasero, por favor!
Y es que, seamos sinceros, el timing es perfecto para su teatro. Mientras aquí nos andamos ahogando en una ola de violencia que ni el Chapulín Colorado detendría —74 homicidios diarios, uno cada 19 minutos, nomás para que no se les olvide el dato—, ellos salen con su show de apoyo internacional. Es la clásica cortina de humo, la estrategia del «mientras ven el circo, yo hago mis chingaderas». La flamante presidenta Sheinbaum, que nos había prometido que la delincuencia iba en picada, ahora se topa con la realidad de que este país es un auténtico campo de batalla.
Pero no, no le busquen tres pies al gato. Para estos magos del disimulo, lo importante es hacer ruido, desviar la atención y que la gente se ponga a discutir sobre Cristina Kirchner en lugar de preguntarse por qué en México te matan por un celular o por andar respirando. Total, la gente tiene memoria de pez, ¿no? Y con tanta propaganda, ¿quién se va a acordar de las promesas de seguridad?
Así que ya saben, mis queridos mexicanos, cuando los vean haciendo aspavientos por causas ajenas, pongan el ojo en lo que realmente está pasando aquí, porque mientras ellos se dedican a la grilla internacional, a nosotros nos sigue cargando el payaso.
