Expectativas Económicas y Desafíos Políticos

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El más reciente informe de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, publicada por el Banco de México (Banxico), revela una visión matizada de la coyuntura económica del país. Los resultados de la encuesta de agosto de 2025, recabada entre 45 grupos de análisis y consultoría, actúan como un barómetro de la confianza del sector privado, señalando tanto las fortalezas percibidas como las preocupaciones latentes que, en gran medida, están entrelazadas con el entorno político nacional e internacional. Un análisis exhaustivo de estos datos no puede limitarse a las cifras, sino que debe interpretar cómo las decisiones gubernamentales, la dinámica geopolítica y los desafíos internos influyen en las proyecciones de los especialistas.

Uno de los hallazgos más notables de la encuesta es la expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Si bien los pronósticos han variado, la proyección de un crecimiento de apenas el 0.46% para 2025, según un análisis de la encuesta de agosto, subraya una desaceleración económica significativa en comparación con estimaciones previas. Esta cifra es una señal de alerta que refleja una persistente incertidumbre tanto a nivel interno como externo. Los analistas consultados por Banxico identifican la gobernanza como uno de los principales obstáculos para el crecimiento económico, un rubro que engloba factores como los problemas de inseguridad pública, la incertidumbre política interna, la corrupción, la impunidad y la falta de un estado de derecho robusto. Este conjunto de preocupaciones políticas se percibe como un freno directo a la inversión y al desarrollo.

En el ámbito político, la actual administración de la presidenta Claudia Sheinbaum se enfrenta al reto de consolidar su liderazgo tras las elecciones de 2024. Su éxito dependerá de su capacidad para equilibrar la continuidad de los programas y proyectos de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador, con la definición de su propia agenda de gobierno. El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2025-2030, una herramienta clave de la política económica, busca fortalecer la inversión privada, generar empleo y combatir la desigualdad, reafirmando una visión de desarrollo con justicia social. Sin embargo, los especialistas observan con atención la implementación de reformas constitucionales, particularmente en el ámbito judicial, que podrían centralizar el poder, debilitar los contrapesos institucionales y generar incertidumbre para los inversionistas. La percepción de que las decisiones gubernamentales priorizan criterios políticos sobre los técnicos es un factor de riesgo que podría afectar la certeza jurídica y, en consecuencia, el clima de negocios.

Otro punto focal de la encuesta es la inflación. Las expectativas de los especialistas para la inflación general y subyacente de 2025 se situaron en 3.95% y 4.11%, respectivamente, según los promedios de la encuesta. A pesar de que la inflación ha mostrado signos de moderación, el sector privado se mantiene cauto, en parte debido a la incertidumbre sobre la política monetaria y los precios de insumos y materias primas. El Banco de México, como entidad autónoma, ha mantenido una política monetaria restrictiva para combatir la inflación, una postura que podría verse desafiada por presiones políticas o económicas. La coordinación entre la política fiscal del gobierno y la política monetaria de Banxico es un elemento crucial para mantener la estabilidad macroeconómica. Si bien la política fiscal se ha orientado a financiar programas prioritarios sin generar desequilibrios financieros, el elevado gasto público y la incertidumbre en los ingresos podrían ser motivo de preocupación a largo plazo.

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En el plano internacional, los riesgos no son menores. El panorama geopolítico en América del Norte, marcado por el segundo mandato del presidente Donald Trump en Estados Unidos, es una fuente de volatilidad. La posibilidad de nuevos aranceles y una renegociación del T-MEC son factores que podrían afectar negativamente la economía mexicana, especialmente en sectores clave como el automotriz. La incertidumbre en las relaciones comerciales con el principal socio de México se suma a las preocupaciones internas, generando un escenario complejo para la inversión extranjera y el comercio exterior. Si bien el pronóstico de inversión extranjera directa (IED) se incrementó ligeramente, la volatilidad externa y la política comercial podrían comprometer este flujo de capital en el futuro.

La encuesta de Banxico también arroja luz sobre el tipo de cambio. Las expectativas para el cierre de 2025 muestran un aumento en el nivel de tipo de cambio del peso frente al dólar estadounidense en comparación con el mes anterior, un reflejo de la incertidumbre cambiaria que enfrenta la economía. Esta volatilidad es un factor de riesgo que puede impactar la competitividad de las exportaciones y la estabilidad de las finanzas. La debilidad del mercado interno y la falta de un cambio estructural en la economía son también preocupaciones persistentes, que se ven agravadas por la alta informalidad laboral, la cual persiste como un desafío estructural y limita la recaudación fiscal. La falta de inversión en ciertas regiones del país perpetúa la desigualdad y dificulta la creación de empleos formales, lo que a su vez frena el desarrollo económico inclusivo.

En conclusión, la encuesta de Banxico sobre las expectativas del sector privado revela un escenario económico en el que los factores políticos, tanto internos como externos, juegan un papel preponderante. La desaceleración del crecimiento, las presiones inflacionarias y la volatilidad del tipo de cambio son síntomas de una economía que navega en un mar de incertidumbre. La forma en que la nueva administración aborde los desafíos de gobernanza, la relación con Estados Unidos, las reformas institucionales y la promoción de la inversión será determinante para generar la confianza necesaria que impulse un crecimiento sostenido y equitativo en México.