En un contexto marcado por la violencia y los desafíos en materia de seguridad pública, las estadísticas de homicidios en México revelan una realidad preocupante que exige atención prioritaria. Según el informe «La Guerra en Números» elaborado por TResearch International con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se observa una tendencia alarmante en los índices de violencia letal en el país.
El documento, publicado el 4 de abril de 2025, proporciona un análisis detallado del número de homicidios registrados desde 1990 hasta 2025, así como proyecciones para el sexenio 2024-2030. En total, durante este período se estima que habrá ocurrido un acumulado de 14,148 víctimas de homicidio doloso, evidenciando una crisis que no cede pese a los esfuerzos gubernamentales.
El Pico Histórico de la Violencia
Uno de los datos más impactantes proviene del comparativo entre 2023 y 2024. Mientras que en 2023 se reportaron 31,062 homicidios, en 2024 esta cifra descendió ligeramente a 30,891, representando una reducción del 0.8%. Sin embargo, este descenso apenas mitiga el daño colateral de años previos, donde las cifras superaron sistemáticamente las 30,000 víctimas anuales. Por entidad federativa, los estados con mayor incidencia histórica son Guanajuato, Estado de México, Baja California, Chihuahua y Michoacán, que concentran un significativo porcentaje de los casos.
A nivel nacional, el ritmo de comisión de delitos en 2023 fue abrumador: se denunciaron 379,123 delitos, lo que equivale a 101,792 delitos diarios, o aproximadamente 71 delitos por minuto. Esta cifra incluye no solo homicidios, sino también feminicidios, extorsiones, trata de personas y robos, entre otros. El INEGI estima además que existe una cifra negra del 98%, lo que significa que millones de delitos no son reportados ni investigados.
Una Perspectiva Regional
El análisis desagregado por entidad muestra disparidades significativas. Por ejemplo, en estados como Yucatán y Tlaxcala, los índices de homicidios han permanecido relativamente bajos, mientras que en regiones como Baja California y Guanajuato, las cifras alcanzan niveles críticos. Durante el primer cuatrimestre de 2025, Baja California registró un promedio de 75 homicidios mensuales, seguido de cerca por Guanajuato con 69 casos. Estos números reflejan la influencia de factores como el crimen organizado, disputas territoriales y la corrupción institucional.
¿Qué Explica la Persistencia de la Violencia?
El informe destaca que, aunque ha habido avances en políticas públicas y programas sociales, estos no han sido suficientes para revertir la tendencia. La militarización de la seguridad, una estrategia central del gobierno federal, ha enfrentado críticas debido a su limitada efectividad y sus implicaciones en derechos humanos. Además, la falta de coordinación entre autoridades federales, estatales y municipales complica aún más la implementación de soluciones integrales.
Otro factor clave es la impunidad. Según datos citados en el documento, menos del 5% de los homicidios llegan a ser judicializados, lo que genera un ciclo de inseguridad y desconfianza hacia las instituciones. Este vacío legal permite que grupos criminales continúen operando sin restricciones, alimentando la espiral de violencia.
Mirando hacia el Futuro
Las proyecciones para el sexenio 2024-2030 sugieren que, si bien podría haber una ligera disminución en los índices de homicidios, la magnitud del problema seguirá siendo crítica. Para 2030, se anticipa que las entidades con mayores tasas de violencia continuarán siendo aquellas donde el narcotráfico y la corrupción tienen arraigo profundo.
El informe concluye con una llamada urgente a la acción, destacando la necesidad de fortalecer las instituciones, garantizar el acceso a la justicia y fomentar políticas preventivas que atiendan las causas estructurales de la violencia. Sin medidas contundentes y sostenidas, el legado del sexenio 2024-2030 podría estar marcado por más pérdidas humanas y un deterioro continuo del tejido social.
En resumen, las estadísticas presentadas por TResearch subrayan la urgencia de abordar la violencia en México desde múltiples frentes. Solo a través de una estrategia integral que combine seguridad, justicia y desarrollo social será posible revertir esta sombría tendencia y construir un futuro más seguro para todos los mexicanos.
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