Distintos acontecimientos recientes nos muestran las dificultades que se tienen en los partidos para alcanzar un acuerdo. Desde temas como la aparición de ciertos dirigentes en los spots que les corresponde a cada fuerza política, nominación de candidatos o la elección del presidente nacional, vemos lo complicado que resulta ponerse de acuerdo al interior de los partidos y lo sencillo que es iniciar un enfrentamiento intramuros teniendo a todo el país de público.
Acuerdos y desacuerdos
Dicen que si en pareja es difícil ponerse de acuerdo, imagínense ahora en una colectividad con tantas personalidades e intereses diferentes. Los partidos políticos nacionales, en fechas recientes, nos han mostrado que el acuerdo –esa palabra que tanto presumen en sus discursos– es algo complicado, lejano de alcanzar, complejo para concretarlo y que es mejor resolver el tema con peleas que con diálogo.
Van algunos ejemplos de esto.
En el PRI, sobre todo luego de que la fuerza de Los Pinos impulso a Enrique Ochoa Reza, salen algunos militantes a decir que no están de acuerdo con la medida –por más que sea un dedazo presidencial, de esos a los que están acostumbrados los priístas–, primero por medio de una carta que difundió Ulises Ruiz, exgobernador de Oaxaca –y ejemplo de demócrata–, además de que otros integrantes de dicho partido están preparando una impugnación a la Convocatoria y Registro para la Elección extraordinaria del nuevo presidente nacional tricolor.
Desde luego que lo más probable es que esto no pase de la mera anécdota, pero es una muestra de que ni en un partido tan disciplinado como el PRI faltan los desacuerdos, aunque algunos militantes prefieran ventilarlos en los medios pidiendo el anonimato.
Luego tenemos al PAN, en el cual las inconformidades por las constantes apariciones de Ricardo Anaya en los spots del Partido –que en opinión de muchos son parte ya de una campaña–, han provocado el surgimiento de sectores azules que se manifiestan contrarios a esto e, incluso, le piden que se separe del cargo para dedicar sus esfuerzos a su promoción para el 2018.
Aquí también han salido a la luz cartas, así como comentarios en prensa y redes sociales de militantes del blanquiazul que, para no desentonar, piden que no se diga quienes son, pues parece que las simples menciones son lo importante y no quien lo dice.
Desde luego que no es el único tema en el que al interior del PAN hay desacuerdo, pues en estos momentos se sigue pensando si deben declararse liberales o seguir la senda del humanismo político –tendencia que viene desde la fundación del partido–, a la vez que se muestran la falta de acuerdos en asuntos como la renovación de la dirigencia estatal en el Estado de México –en el contexto de la elección a gobernador del año entrante–, así como las alianzas que se han establecido –y que pueden volver a hacerse– con el PRD.
Pero, sin duda, el partido que muestra más evidentemente lo que es no llegar a un acuerdo, llegando inclusive a mostrar esto mediante vías agresivas, es el PRD. Mañana se estará eligiendo al sucesor de Agustín Basave al frente del sol azteca, proceso que ha llenado páginas en medios tradicionales y digitales, por no mencionar los espacios en redes sociales, con varias versiones de los desacuerdos en las distintas tribus –o expresiones, como les gusta que les llamen– para definir quién será el nuevo presidente nacional del partido amarillo.
No es la primera vez que un proceso de esta naturaleza se complica en dicho partido, llegando a cancelar la elección por denuncias de fraudes, sin mencionar las acusaciones que surgen de uno u otro lado en contra de quienes llevan a cabo acciones con las que los demás militantes no están de acuerdo.
Este pequeño recuento, nos da una idea de la forma en que los métodos para procesar los desacuerdos al interior de los partidos no funcionan, sin mencionar las expresiones de inconformidad y la manera que llegan a la plaza pública.
Esto es preocupante, pues también explica la razón de porqué en ámbitos relacionados, como el legislativo, es tan complicado alcanzar un acuerdo en la aprobación de iniciativas de ley, proceso que va acompañado de denuncias, filtraciones, comentarios en contra, actos de protesta, sobre todo si es una propuesta que provenga del Ejecutivo Federal o toque alguno de los temas que ciertos sectores de nuestro sistema político consideran intocables o que no deben modificarse si no es por ellos mismos.
Sin acuerdos es difícil que se puedan resolver alguno de los muchos problemas que enfrentamos como país, por lo que la tendencia evidente que se manifiesta en los partidos nos demuestra que no sólo hace falta voluntad, sino contar con nuevas reglas para alcanzar un consenso.
Del tintero
El presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza, aseguró que va a vigilar a sus gobiernos y a los de la oposición para evitar actos de corrupción. Lo que no dijo es si esto será retroactivo, por aquello de la Casa Blanca y demás curiosidades que han salido a la luz en medios.
@AReyesVigueras
There is no ads to display, Please add some