El tema ausente en el Frontón México

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En el evento panista en el Frontón México (en recuerdo del sitio en donde se fundó el partido) hubo muchos discursos, pero es claro que el mensaje del presidente del CEN, Jorge Romero, fue el que marcó las líneas de acción de lo que el propio CEN presentó como “relanzamiento” del PAN (también se utilizó el muy erróneo término refundación). Dentro de esas líneas de acción política faltó algo esencial.

¿Qué faltó, entre otras cosas, pues no se puede incluir en una reunión y un solo discurso todo lo necesario? Faltó hablar como tema crucial de la democracia. En especial ofrecer, entre las diversas ofertas para el futuro próximo de Acción Nacional, qué cosas se corregirán de la grave, muy grave y causa de desánimo interno y prestigio del partido, de la falta de democracia interna.

Que si se van a hacer elecciones primarias para las candidaturas panistas, que se podrán hacer afiliaciones instantáneas en línea, que ya no habrá alianzas con otros partidos y más y otras ofertas de acción política, dejan atrás la crisis esencial del panismo: para efectos (tristemente) prácticos, la democracia no existe en el PAN.

Romper la política de intereses personales y grupales que a diferentes niveles ejercen grupos de poder dentro del partido, y dejando en muy segundo lugar los intereses nacionales que el PAN debe buscar, es el principal objetivo que desde el propio CEN se debe enfrentar (como se dice “cueste lo que cueste”). Es el de los que se ha dado en llamar “padroneros”: personas con nombres y apellidos conocidos en sus ámbitos de control y aún fuera de éstos. Ellos manipulan los padrones de militancia para tomar decisiones a su gusto y tener mayorías de votos en elecciones internas y manejo de recursos.

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La anunciada nueva política de abrir indiscriminada e instantáneamente la afiliación de cualquier persona al PAN, dará nuevas posibilidades a los tales padroneros de inflar padrones para tener votos a su favor de inexistentes militantes. La afiliación instantánea vía digital parece una buena medida, pero no lo es. El actual proceso de afiliación no es tan “burocrático” y permite una cierta medida para que quienes deseen afiliarse al PAN sean quienes tengan interés de participar en el mismo. Y además, la inscripción automática permitirá que gente de mala fe lo haga.

Las quejas de militantes, sobre todo de los que están bien identificados con la doctrina del partido, para que se restablezca la democracia interna panista son recurrentes y por ahora caen en oídos sordos. Por falta de democracia interna el PAN ha perdido a muchos de sus valiosos y activos militantes (incluyendo dirigentes, exdirigentes, exlegisladores y exfuncionarios), que se retiran desilusionados, frustrados. Y también ha perdido millones de simpatizantes que dejaron de votar por el PAN.

Pero amén de elecciones y designaciones tanto de dirigentes como de candidatos del partido, las cúpulas panistas, empezando con el CEN, toman decisiones y hacen designaciones de candidaturas y de alianzas electorales sin tomar en cuenta la opinión fundada y deseos de los miles de militantes del partido. Esperemos que de verdad, esto se acabe para el 2026 y 2027.

De hecho, en su discurso en el Frontón México, el presidente del CEN hizo entre otros un anuncio muy, muy importante sobre el futuro electoral del PAN: ¡no más alianzas! Esta decisión debió haberse consensuado al menos con los comités regional y estatales, y tomado en cuenta la opinión de experimentados panistas, de esos que tienen lo que se llama “oficio político”. Esta decisión y otras mencionadas en el discurso de Jorge Romero, son una penosa muestra de falta de democracia interna. El ocupar altos cargos de responsabilidad, en cualquier organización, política o no, que diga ser democrática, no convierte a sus temporales dirigentes en lo que se llama “ser poseedores de la verdad”.

Claro que la oferta de las futuras candidaturas panistas en forma más abierta en vez de la abrumadora costumbre de los últimos años de designar (y hasta de autodesignarse) candidatos es una oferta de democracia. Pero habrá que verla.

El PAN necesita vivir la democracia interna para apoyar la democracia del país, y tener credibilidad interna y la ciudadana de sus simpatizantes. Y esa democracia interna no es sólo de elecciones de dirigentes y de selección de candidaturas, sino de la toma de otras decisiones sobre la marcha, la política y las posiciones doctrinales inmutables e ideológicas que resulten de la vida partidaria hacia la sociedad. Esto implica el NO centralismo (local y principalmente nacional). Mientras los comités panistas no se abran a la toma de decisiones importantes hacia la militancia, en particular de quienes tienen ese mencionado oficio político, no se podrá hablar de democracia panista.

Hubo otro tema que no apareció en el discurso del presidente del CEN, uno muy delicado y que necesariamente implica la aceptación de faltas delictivas en el ejercicio del poder y de los dineros, los propios del partido y los de gobiernos y legislaturas. Se trata, claro, del asunto de la corrupción de algunos malos panistas.

Mientras en Acción Nacional no se restablezca (que bien la hubo) la democracia interna, el partido estará muy limitado en su acción política para recuperar simpatizantes que voten por el PAN y que le apoyen en acciones ciudadanas, y para tener militantes realmente activos en las tareas del partido, que apoyen por ejemplo en las elecciones cuidando casillas electorales como representantes y observadores, algo que ha gravemente faltado en las elecciones de los últimos años.

Este tema, el de la democracia interna, fue el gran ausente en el Frontón México. Para convencer de la predicada alma democrática del PAN hay que comenzar en casa, con el ejemplo, la consistencia moral, para exigir democracia nacional.

@siredingv

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