El PRI: ¿Al Basurero de la Historia?

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¡Órale, raza! En esta entrega de DeVotos y otros políticos Nonsanctos, vamos a desmenuzar el chisme del momento: el PRI, ese dinosaurio tricolor que alguna vez mandaba en México como si fuera su changarro particular, ahora se queda solapa porque el PAN le dio el avión y rompió la alianza. ¡Ja! Como si no lo viéramos venir. El sábado pasado, en su fiestecita de relanzamiento en el Frontón México, Jorge Romero, el jefazo panista, soltó la bomba: «No nacimos para ver con quién nos aliamos». Traducción: adiós al PRIAN, esa parejita tóxica que se unió en «Va por México» para no hundirse solos en el 2024.

Y miren, no es para menos. El PRI, que en el siglo XX era el rey del mambo con sus fraudes electorales y dedazos presidenciales, hoy es un fantasma andante. En las elecciones de junio 2024, apenas rascó unos 5.7 millones de votos en la presidencial –dentro de la coalición, claro–, según el PREP del INE. ¡De 20 millones en 2012 con Peña Nieto a esto! Su militancia se ha evaporado como agua en el desierto: de millones de acarreados a unos cuantos miles que aún creen en el milagro. Encuestas de Consulta Mitofsky, como las que citó Roy Campos, pintan un panorama funesto: sin el PAN como muletilla, el PRI podría perder hasta su registro en 2027. ¿Imagínense? Las intermedias del 27, con gubernaturas en juego, y el tricolor compitiendo solo, contra el monstruo de Morena que arrasa con todo.

¡Pobrecitos! Alito Moreno, ese líder que más parece un meme andante, anda lloriqueando por las redes, pero la verdad es que el PRI se cavó su propia tumba con corrupción, escándalos y una imagen de «viejo régimen» que apesta a naftalina. Ahora, sin aliados, ¿qué les queda? ¿Aliarse con el Verde, que es más camaleón que ecologista? ¿O con MC, que los manda al diablo? Expertos consultados por el diario El País dicen que esta ruptura es la sentencia de muerte para el PRI: su votación hard core es de risa, y sin coaliciones, no llegan ni al 5% nacional. En 2030, para la presidencial, podrían ser un cero a la izquierda, un recuerdo nostálgico como el VHS.

Pero ¡ey!, no todo es drama. Quizás reinventen el PRI como partido de nostalgia: «Vota por nosotros, por los buenos tiempos de la dictadura perfecta». Jajaja, ¿o qué? La ironía es que mientras Morena se ríe en Palacio, la oposición se divide como tontos. ¿Destino del PRI? Al basurero electoral, mis carnales, a menos que encuentren un milagro o un nuevo sugar daddy político. ¡Qué chido ver cómo los nonsanctos se comen entre sí!

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