Dos posturas que enfrenta el panismo: la integridad o la conveniencia

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La Cámara de Diputados no renovó aún su Mesa Directiva porque la bancada de MORENA objetó los nombres propuestos por el PAN. Conforme a la ley, corresponde a los panistas la presidencia de la Cámara y, al no haber consenso, la norma prevé cinco días más para alcanzar el acuerdo respectivo.

Para ejercer su derecho, el PAN propuso a Kenia López, Margarita Zavala, Germán Martínez y Federico Döring como posibles presidentes; para negarlo, MORENA los vetó y exigió que la bancada panista propusiera a alguien “institucional”.

Conociendo tanto las trayectorias como el procedimiento legislativo, ninguno de los propuestos es improvisado o ajeno a la conducción institucional e imparcial de las sesiones de la Cámara de Diputados, lo que parece es que los morenistas quisieran una presidencia a modo y temen -injustificadamente para quien esto escribe-, que el PAN pudiera conducirse en San Lázaro como Gerardo Fernández Noroña lo hizo en el Senado de la República.

MORENA no tiene ningún derecho a condicionar la propuesta del PAN que es un partido independiente a ellos; tiene si, la fuerza para votar en contra de los propuestos, así como el antecedente de violar la ley para imponerse a sí misma o a cualquier legislador de otro Grupo Parlamentario en las presidencias de ambas Cámaras, como ocurrió todo el sexenio pasado o el viernes anterior en la Cámara de Senadores, donde la presidencia cambió, pero no rotó, ya que Laura Itzel Castillo es tan morenista como su antecesor.

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El problema aquí radica en la actitud del PAN, tras el anuncio del presidente de la Cámara, Sergio Gutiérrez Luna, y del coordinador morenista, Ricardo Monreal, de que se respetaría la norma que prevé la rotación de partidos en la presidencia de la Mesa.

Hace muchos años, cuando Acción Nacional enfrentaba al autoritarismo del PRI, eran más importantes la congruencia y el testimonio a la obtención de cargos públicos, lo cual fue un factor esencial para que los ciudadanos confiaran en los panistas. No pocas veces, el PAN rechazó cargos de elección reconocidos para protestar contra el fraude o declinó por años el financiamiento público para no convalidar el uso discrecional y sin reglas del dinero público para comprar o someter a las oposiciones.

Hoy, sin embargo, la Presidencia de la Cámara es una posición que no solo implica determinar el orden del día o conducir las sesiones; es también una posición con presupuesto, personal e injerencia en la toma de decisiones que significa un beneficio anual para el partido que la detenta; esto sugeriría que el PAN en San Lázaro si consideraría ocupar la posición a cómo de lugar.

Una actitud digna del PAN opositor y congruente sería simplemente decirle a MORENA y sus aliados: esta es mi propuesta y vótala, total está en tus manos respetar o violar la ley; pero si esto se negocia y se elige a otro panista con el beneplácito morenista, la actitud y el sabor de boca serán otros.