¡Puta madre, qué buena pregunta, mi estimado lector! Y es que uno, que ya anda con las canas al aire y la vejiga flaca, se pregunta lo mismo: ¿dónde chingados está la oposición mexicana? ¿Se los tragó la tierra o andan de vacaciones en Cancún con cargo al erario, como siempre?
Mira, es la misma cantaleta de siempre. Morena, cuando era oposición, hasta por un estornudo del presidente en turno, armaba un desmadre que ni te cuento. Plantones, marchas, tomas de tribuna, bloqueos de avenidas, y hasta se aventaban a los golpes con tal de salir en la tele. Eran los reyes del drama, los maestros de la indignación selectiva. Y uno, que los veía con palomitas y refresco, pensaba: «Ah, qué perros, estos sí le saben a la rebeldía».
Pero ahora, que la tortilla se volteó y andan con el poder en la mano, resulta que la oposición de hoy es más silenciosa que un pedo en elevador. ¿Inseguridad que nos tiene con el Jesús en la boca? Nada, unos tuits de vez en cuando y ya. ¿Desabasto de medicinas que tiene a la gente muriéndose por falta de una aspirina? Ah, pues a poner un hilo en X (antes Twitter) y a esperar que el algoritmo haga su magia. ¿Censura que ni en los tiempos de la Inquisición? ¡No, hombre, una queja en la mañanera y listo!
Y es que, seamos sinceros, la oposición de ahorita parece de esos compadres que en la peda prometen bajarte la luna y al otro día ni se acuerdan de tu nombre. Puro bla bla bla en redes sociales, como si con hashtags se fueran a solucionar los problemas. ¡Por favor! Si fuera así, ya seríamos Suiza, pero con más chilaquiles.
¿Por qué no convocan a la gente a las calles? ¿Por qué no arman un plantón de a de veras, con casas de campaña y todo el folclor? ¿Será que les da hueva? ¿Será que le tienen miedo al éxito? ¿O será que ya se acostumbraron a la comodidad del «cafecito y redes sociales» mientras el país se desmorona?
A lo mejor es que les da pena ensuciarse los zapatos o que el sol les dé en la cara. O chance y andan esperando la señal de Batman para salir a salvar la patria. El chiste es que, con esta oposición, el gobierno tiene vía libre para hacer lo que se le hinche el real gana, y nosotros, los meros jodidos, seguimos esperando que alguien levante la voz de verdad. ¡Así las cosas, mi rey! ¡Un verdadero show de stand-up, pero sin risas!
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