La actividad financiera en México durante agosto de 2025 reflejó un panorama económico de dos velocidades: mientras el crédito al sector privado se disparó a niveles de fuerte expansión, el financiamiento a las entidades públicas mostró una marcada contracción, un desbalance que subraya los retos de la política monetaria y fiscal en el arranque de la segunda mitad del año.
El informe sobre Agregados Monetarios y Actividad Financiera del Banco de México (Banxico), publicado este 30 de septiembre de 2025, confirmó que el sistema financiero mantiene una robusta liquidez. El agregado monetario más amplio, M4, que mide el dinero y los instrumentos financieros en manos de residentes y no residentes, registró un crecimiento real anual del 5.6%. Por su parte, la Base Monetaria creció 4.0% y el M2 (que incluye instrumentos a plazo) aumentó 5.3% en términos reales anuales. Estos incrementos en los agregados monetarios señalan un mayor dinamismo en la economía y una preferencia sostenida por el ahorro y la inversión dentro del país. Los activos financieros internos (F) de la economía también reflejaron esta tendencia positiva, con un aumento del 5.0%.
Consumo Disparado vs. Austeridad Forzada
La radiografía más llamativa se encuentra en el destino del financiamiento bancario. El crédito vigente de la banca comercial al sector privado creció un robusto 4.7% real anual en agosto. Dentro de este sector, la demanda de los hogares es el motor principal: el crédito al consumo escaló 9.3%, lo que sugiere un fuerte optimismo y un apetito por el gasto entre los mexicanos, impulsando las ventas minoristas y el dinamismo interno. El crédito a empresas también mantuvo un ritmo saludable, con un aumento del 4.3%, mientras que el crédito hipotecario para la vivienda se expandió un 2.0%.
En contraste, el financiamiento a las entidades gubernamentales enfrentó una severa restricción. El saldo destinado al Sector Público Federal por parte de la banca comercial se desplomó un 9.6% real anual, mientras que el financiamiento dirigido a Estados y Municipios cayó 2.9%. Este fenómeno se replicó en la banca de desarrollo, cuyo financiamiento total registró una disminución del 3.4% real anual, con caídas en el sector privado (-3.5%), estados y municipios (-4.6%), y otros sectores (-13.8%).
Bajan las Tasas, Sube la Deuda Doméstica
Este escenario de fuerte expansión crediticia en el consumo se enmarca en un contexto de descenso en las tasas de interés de referencia. En agosto de 2025, la tasa de los CETES a 28 días se ubicó en 7.39% (una reducción de 28 puntos base), y la TIIE a 28 días se situó en 8.09% (con una disminución de 17 puntos base). Esta tendencia a la baja en el costo del dinero abarata el crédito para los hogares, pero también puede incentivar una toma de riesgos en el consumo.
Mientras el crédito a empresas y hogares inyecta dinamismo a la economía, el marcado recorte de financiamiento al sector público federal podría reflejar un ajuste en las necesidades de endeudamiento del gobierno o una política de austeridad más estricta en el gasto e inversión de obra pública. La clave estará en monitorear si este auge del crédito privado se mantiene sostenible sin generar riesgos de sobreendeudamiento ni desplazar inversiones estratégicas para el desarrollo.
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