Poco a poco crece el descontento entre los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala. La mayoría de los familiares dejó su actividad laboral ordinaria, bajo la idea del abogado Vidulfo Rosales y Felipe de la Cruz que deben estar tiempo completo en el movimiento.
Para mantener presencia permanente y una “trinchera de lucha”, comen y duermen en la escuela Normal Isidro Burgos, con todas las incomodidades que esto representa. Los padres tienen más familia y de todo lo recaudado en el movimiento, solamente reciben 500 pesos a la semana por familia para su manutención.
En un acto de conciencia, los padres piden que no se gradúe la próxima generación de normalistas de Ayotzinapa, ya que no merecen ser maestros al no tecibir clases, la suspensión rebasó el año.
Bajo estas circunstancias y el desacuerdo de la mayoría de los padres por los saqueos y actos vandálicos a nombre de sus hijos, amén de que el producto nunca llega al movimiento y sospechan que se queda con los líderes e instigadores, la división aumenta y es real, y no como atribuye Vidulfo a funcionarios de la Secretaría de Gobernación de Miguel Ángel Osorio Chong, Renato Sales Heredia y Enrique Galindo Ceballos
De los 43 padres hasta el momento 18 están totalmente inconformes con los métodos y la vía que tomó el movimiento en la conducción de Vidulfo Rosales y Felipe de la Cruz, y hay otro grupo que no quiere saber nada de ellos, por lo tanto, quedan 26 que permanecen con la idea del Frente Amplio para la Transformación Radical del País.
*Este es un fragmento de la columna de Hugo Paez «Los Malosos».
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