Comunidades indígenas y afrodescendientes presente en «Son Resistencia»

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En el Complejo Cultural Los Pinos se vivió una jornada histórica dedicada a las expresiones y el legado cultural de las comunidades indígenas y afrodescendientes, tanto mexicanas como de otros países, ya que el día de ayer –sábado 6 de septiembre de 2025– en el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, se realizó «Son Resistencia», festival creado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México con el objetivo de que, a través de la música y el baile, dichas comunidades alcen su voz y su arte. 

Fue el Helipuerto de Los Pinos donde convergieron los ritmos del son, la cumbia, el fandango y hasta el rap; la fiesta empezó con las percusiones del son cubano a cargo de Rumba Morena, un grupo orgullosamente afrocubano conformado solo por mujeres. 

Como parte de las actividades en el Año de la Mujer Indígena 2025, el festival se caracterizó por abrir el micrófono a una gran diversidad de voces femeninas, como las Diablas Afrocosechas, que se apoderaron de la Danza de las Diablas, un baile de la costa chica de Oaxaca y Guerrero, que tradicionalmente interpretan hombres. 

La Negra Mexa, afromexicana y afrofeminista, puso a bailar a las y los presentes arriba y abajo del escenario con AfrocumbiAs, proyecto de gran poder femenino que fusionó la cumbia con el rap afrodiaspórico junto a La Terrorista del Sabor y Grissy Pedraza.

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Desde la Casa Miguel Alemán, Marbella Figueroa, Scarlet Estrada y Valeria Angola grabaron en vivo su podcast Afrochingonas, en el que compartieron –ante una sala llena– sus experiencias como mujeres afrodescendientes y artistas que cada día luchan y resisten los cuestionamientos de la sociedad. 

Ese mismo fuego en la voz incendió el escenario principal con “ELLAS SUENAN: versos de raíz”, concierto único que cerró la jornada y que reunió a raperas de los pueblos originarios Zapoteca y Maya: Mare Advertencia, Sótera Bazendu, Chan Lupita, Ixi’im Ko’olel (Mujer Raíz), Killbeat y DIDXAZA, para enaltecer sus raíces que florecen en rimas cargadas de historia, identidad y resistencia.

Y aunque la voz femenina predominó con gran éxito, también tomaron el escenario agrupaciones como Lalo Jaranas y el Colectivo Fandanguero con su “Encuentro en la tarima” en el que se bailaron La Iguana y otras canciones tradicionales de la Costa Chica de Veracruz; así como la cumbia, el porro y la puya colombiana con La Enguayabá, que logró armar parejas de baile improvisadas entre las y los asistentes. 

Por su parte, el talento joven se hizo presente con el Semillero Orquesta Sinfónica Comunitaria Bonfil –que impulsa la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del programa Semilleros Creativos, junto con la Secretaría de Cultura de Guerrero–, que, bajo la dirección de Raymundo Peña, dio cátedra del talento de niñas, niños y jóvenes que interpretaron orgullosos un repertorio de música tradicional.

Las y los noveles artistas tuvieron la compañía del Colectivo Altepee, dedicado a la difusión de la música tradicional afroindígena de Veracruz, para interpretar El negro de la Costa y otras piezas icónicas, y, junto a la reconocida cantante Alejandra Robles, lograron estremecer al público con Dios nunca muere y otros temas que hicieron lucir la música y la voz de las culturas afrodescendientes. 

«Son Resistencia» se suma a las actividades que la Secretaría de Cultura del Gobierno de México impulsa para difundir, promover y reconocer el arte de las diversas culturas que con su energía vibrante y enorme fuerza resisten. 


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