La inseguridad que amenaza la libertad de prensa en México ha alcanzado una cifra alarmante: desde el año 2001 hasta noviembre de 2025, se han registrado 172 periodistas asesinados en el país, según datos recopilados por TResearch International con información de Artículo 19. Esta cifra subraya la grave crisis de violencia que enfrenta el periodismo en México, posicionándolo como uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión.
En lo que va de 2025, el balance es sombrío, con el registro de 7 periodistas asesinados a corte de noviembre. La tendencia histórica muestra picos de violencia significativos. Los sexenios de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) concentraron las cifras más altas con 48 y 47 periodistas asesinados, respectivamente. En el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la cifra también fue de 47 casos. Por su parte, en lo que va del mandato de Claudia Sheinbaum (con corte a noviembre de 2025), se han contabilizado 8 periodistas asesinados.
Veracruz, el Estado Más Letal y la Desigualdad de Género en las Víctimas
Geográficamente, la violencia no es uniforme. Veracruz es la entidad más peligrosa, liderando los casos con 31 periodistas asesinados desde 2001. Le siguen Guerrero con 19 y un empate entre Oaxaca y Chihuahua, ambos con 15 casos cada uno. Tamaulipas se ubica en el quinto lugar con 13 víctimas. En contraste, en estados como Aguascalientes, Campeche, Colima, Hidalgo, Querétaro, Tlaxcala y Yucatán no se reportaron periodistas asesinados entre 2001 y 2024.
En cuanto al género de las víctimas, la gran mayoría son hombres. Desde 2001, la violencia ha cobrado la vida de 160 hombres periodistas, mientras que se han registrado 12 casos de mujeres periodistas asesinadas en el mismo periodo. Esta disparidad, sin embargo, no minimiza el riesgo que enfrentan las reporteras.
Los datos presentados son parte de la serie «La Guerra en Números» y se elaboraron con base en información proporcionada por la organización defensora de la libertad de expresión Artículo 19, haciendo un corte de la información hasta noviembre de 2025. La persistente escalada de violencia contra la prensa destaca la necesidad urgente de fortalecer los mecanismos de protección y garantizar la justicia para las víctimas y sus familias, un tema crucial para el debate político y social en México.
