En Chihuahua, la senadora Andrea Chávez y el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, protagonizaron un enfrentamiento político durante la presentación de sus informes de labores. Ambos eventos, destinados a rendir cuentas, se convirtieron en escenarios de tensión, reflejando las profundas divisiones en el panorama político local. La senadora, figura prominente de Morena, enfrentó protestas que la vinculan con el caso de «La Barredora», un escándalo asociado a Adán Augusto López Hernández, exsecretario de Gobernación y su aliado político. Estas manifestaciones, sorprendentemente, contaron con la participación de militantes de Morena, evidenciando fracturas internas en el partido.
El informe de Chávez destacó logros en materia de salud y programas sociales, pero las pancartas y consignas de los manifestantes opacaron su mensaje. Las acusaciones sobre su relación con López Hernández, señalado por presuntos nexos con grupos delictivos en Tabasco, alimentaron la controversia. Las protestas no solo cuestionaron su gestión, sino que también resaltaron la percepción de algunos sectores de Morena que ven en Chávez una figura polarizante, incapaz de unificar al partido en Chihuahua. Este episodio pone en evidencia las luchas de poder dentro de Morena, donde las lealtades se dividen entre facciones que buscan consolidar su influencia rumbo a futuros procesos electorales.
Por su parte, el alcalde de Ciudad Juárez aprovechó su informe para destacar avances en seguridad y desarrollo económico, pero no evitó lanzar críticas veladas hacia figuras de Morena a nivel nacional, incluyendo a Chávez. Su discurso buscó posicionarlo como un líder pragmático, en contraste con lo que describió como «posturas radicales» de algunos legisladores. Este intercambio de señalamientos refleja la competencia por el control político en un estado clave como Chihuahua, donde la cercanía con la frontera y su relevancia económica lo convierten en un botín político codiciado.
El trasfondo de este enfrentamiento también incluye las dinámicas de poder en Morena. La participación de militantes del partido en las protestas contra Chávez sugiere una rebelión interna, posiblemente orquestada por facciones opuestas a López Hernández. Este conflicto podría debilitar la cohesión de Morena en Chihuahua, un estado históricamente competitivo donde la alternancia política ha sido constante. Además, la percepción de nexos con el crimen organizado, aunque no comprobada, daña la imagen de los involucrados y pone en riesgo la confianza ciudadana en el partido gobernante.
Este episodio subraya la complejidad de la política chihuahuense, marcada por rivalidades internas, acusaciones cruzadas y la influencia de actores externos. Mientras Chávez y Pérez Cuéllar buscan consolidar sus posiciones, el impacto de estas tensiones podría repercutir en las elecciones futuras, especialmente en un contexto donde la seguridad y la corrupción son temas centrales para los votantes.
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