La agresión que sufriera el pasado 2 de julio en su territorio, la comunidad de Cherán, Michoacán, debe concitar el apoyo del gobierno federal y estatal, pero también la solidaridad de las organizaciones sociales de México y del mundo, por tratarse de un pueblo originario que desde abril del 2011 tuvo el valor y la decisión de expulsar de su municipio a autoridades corruptas y policías aliados con grupos del crimen organizado que en tan solo unos años, arrasaron más de diez mil hectáreas de sus bosques.
El 15 de abril de ese año, los talamontes asesinaron a dos ancianos lo que detonó la movilización generalizada de toda la comunidad que en una lucha histórica, echó con la fuerza de todo un pueblo unido a aquellos que bajo las siglas de partidos como el PRI y el PRD, a las órdenes de los grupos delincuenciales junto con los elementos de la policía municipal, permitieron por años que sus bosques fueran arrasados.
Desde entonces, la comunidad indígena de Cherán se negó a ser gobernada por eso modelo partidista que, hasta la fecha, sigue pisoteando los derechos de los pueblos originarios solapando la presencia de peligrosos cárteles como ha ocurrido en muchas regiones de Chiapas.
En 14 años de autogobierno, regido por la organización comunitaria, Cherán ha demostrado de lo que puede ser capaz un pueblo originario guiado por los valores de sus usos y costumbres, donde la naturaleza no debe ser botín de ambiciosos delincuentes, sino parte integral de la vida y tradiciones ancestrales.
Cherán es un ejemplo del amor de los indígenas a la tierra y a los bosques pues en todo este periodo donde han mantenido su autonomía y reconocimiento por parte del gobierno mexicano, han podido desligarse de los intereses de cualquier partido pues su comunidad no se sujeta a las elecciones locales, ni estatales o federales.
Esto ha permitido al pueblo originario convertirse en un modelo a seguir tanto en México como en el mundo al lograr la reforestación de sus devastados bosques en un 90 por ciento, teniendo sus propios invernaderos para alentar la siembra de árboles.
Los habitantes de Cherán recuperaron su paz y tranquilidad enfrentando solos y con valor a los delincuentes, lo que se ha constituido en una cultura de defensa a través de sus guardias comunitarias; sus escuelas muestran un gran avance en el desarrollo intelectual, artístico y cultural, toda su población desde niños a ancianos, colaboran en sus invernaderos y en las labores de reforestación. En su ayuntamiento se encuentran murales alusivos a los ancianos asesinados por los talabosques, lo que habla de su plena conciencia por defender a su comunidad.
Hoy nuevamente de forma artera, grupos de la delincuencia organizada asesinaron el pasado 2 de julio a uno de los miembros de su guardia comunitaria, dejando herido a otro más. Razón por la que todos los mexicanos debemos levantar la voz para que trátese de quien se trate, se respete una forma de organización y de autogobierno, que debe ser ejemplo para todo el país, pues es inaceptable que en pleno Siglo XXI, haya quienes pretendan seguir sometiendo a niveles de terror y esclavitud a nuestros pueblos originarios.
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