La trillada frase de ‘Primero los pobres’ que tanto usó Andrés Manuel López Obrador parace que quedó en el aire y aún con sus programas sociales, durante agosto, el cambio porcentual anual de la línea de la pobreza extrema por ingresos incrementó 7.7 por ciento en el ámbito rural y 7.4 por ciento en el urbano, es decir, que el ingreso que necesitan los hogares en México para adquirir la canasta básica, se incrementó a mil 399 pesos en el ámbito rural y mil 828 pesos en el urbano.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el ámbito rural, los productos que más impactaron fueron alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar, tortilla de maíz y el pollo entero. Mientras que, en el ámbito urbano fueron los alimentos y bebidas consumidas fuera del hogar, tortilla de maíz, la costilla y chuleta.
Así, el cambio porcentual anual de la línea de pobreza por ingresos, fue de 6.1 por ciento, por encima a la inflación de agosto, que fue de 5.6 por ciento.
En el octavo mes del año, la variación mensual de la línea de pobreza por ingresos fue de 0.7 y 0.2 por ciento para los ámbitos rural y urbano, respectivamente, lo que significa que el incremento en la línea de pobreza por ingresos rural es superior a la inflación mensual en 0.2 por ciento.
De acuerdo con el organismo, la canasta mínima incluye alimentos preparados, productos agropecuarios, bebidas, servicios del hogar, transporte, salud, educación vivienda y productos de higiene personal.
En este sentido, los rubros que más incidieron en el cambio anual de la línea de la pobreza por ingresos del ámbito rural fueron la canasta alimentaria, comunicaciones y servicios para vehículos; mientras que en el urbano, fueron la canasta alimentaria, comunicaciones y servicios para vehículos, vivienda y servicios de conservación.
En el ámbito urbano los productos que presentaron un mayor aumento fueron los energéticos como el Gas LP, que incrementó 14 por ciento y la gasolina magna, con 9.0 por ciento.
Así, para el ámbito rural, los energéticos también tuvieron una mayor incidencia, luego de que el carbón y la leña presentaron un aumento anual importante de 14 por ciento.
Lo anterior, se suma a la ola de desempleo que el gobierno no ha podido parar, además de la torpe estrategia de salud que condenó a miles de personas ante la pandemia de Covid-19.
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