Banxico baja tasas: ¿ayuda o riesgo inflacionario?

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En una decisión que marca el rumbo del cierre de año para las finanzas nacionales, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) determinó reducir en 25 puntos base su tasa de interés interbancaria, situándola en un nivel de 7.00%. Esta medida, que entra en vigor este 19 de diciembre de 2025, busca dar un respiro a una economía mexicana que muestra signos de debilidad, a pesar de que la inflación ha dado señales de resistencia en los últimos meses.

La determinación del banco central no fue unánime, lo que refleja el complejo equilibrio que enfrenta la institución. Con una votación de cuatro a uno, la mayoría de los miembros —Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja Gómez, José Gabriel Cuadra García y Omar Mejía Castelazo— optó por el recorte. En contraste, el subgobernador Jonathan Heath votó por mantener la tasa en 7.25%, advirtiendo sobre las presiones que aún persisten en los precios al consumidor.

Un entorno de debilidad y presiones externas

El contexto detrás de este movimiento es doble. Por un lado, Banxico reconoce que la actividad económica en México se ha mantenido débil durante el cuarto trimestre de 2025. Por otro lado, la decisión se alinea con la tendencia internacional, luego de que la Reserva Federal de Estados Unidos también redujera su tasa de referencia en la misma magnitud7.

Sin embargo, el panorama no está libre de nubarrones. La inflación general en México repuntó de 3.63% en octubre a 3.80% en noviembre, mientras que la inflación subyacente —que elimina los precios más volátiles— escaló hasta el 4.43%. Este incremento, impulsado principalmente por el costo de las mercancías no alimenticias y una reducción más gradual de lo esperado en los servicios, obligó al banco central a ajustar al alza sus pronósticos de inflación para el cierre de este año y los primeros meses de 2026.

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La sombra de la política estadounidense

Uno de los factores que más pesa en el análisis de Banxico es la incertidumbre generada por la administración de los Estados Unidos. El comunicado advierte explícitamente que los cambios en la política económica y las crecientes tensiones comerciales con el principal socio de México añaden volatilidad y riesgos significativos para la inflación y el crecimiento económico.

Ante este escenario, la Junta de Gobierno enfatizó que los ajustes futuros dependerán de cómo evolucionen los factores de riesgo. Entre las amenazas detectadas se encuentran una posible depreciación del peso mexicano, la persistencia de la inflación en servicios y posibles afectaciones climáticas que impacten los precios de los alimentos.

Pese a los ajustes en el corto plazo, el Banco de México mantiene su optimismo respecto al mediano plazo, proyectando que la inflación converja finalmente a su meta del 3% hacia el tercer trimestre de 2026. Por ahora, el recorte de tasas envía una señal clara: la prioridad inmediata es evitar un estancamiento mayor de la economía, incluso si eso significa navegar en aguas inflacionarias todavía agitadas.

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