Donald Trump ilustra cómo la actuación errática de un solo líder puede alterar el orden global, y con ello, las condiciones de vida de millones.
Aunque a escala, en México pasa lo mismo. Como se decidió adquirir más deuda pública, ésta ya equivale a 133 mil pesos por cada habitante. En mayo, mientras el pago de deuda creció 13%, el gasto social cayó 10%. Es decir, cada peso que el Estado destina al pago de intereses disminuye el presupuesto en salud, educación o seguridad. Esos recortes tienen efectos directos. Por ejemplo, si bien el Gobierno señala una baja de 15.6% en los homicidios dolosos en el primer semestre de 2025, en realidad aumentaron las desapariciones y otros delitos contra la vida, como las extorsiones. Al menos, la nueva estrategia de seguridad sí reconoce el problema de la extorsión, pero prioriza sólo la que ocurre vía telefónica e ignora la que sufren en carne propia las y los ciudadanos, desde taxistas hasta empresarios.
En este clima de impunidad, la reciente elección judicial —que fue una decisión errática— con apenas 13% de participación y múltiples irregularidades, debilitó en pocos meses el sistema penal que tomó décadas construir.
Recordemos que si las decisiones en política pública se toman sin prudencia, quienes terminan pagando siempre son los más vulnerables.
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