¡Vaya, el «trauma de Tokio» no se le quita fácil a Andy López Beltrán! Después del escándalo por sus vacaciones de lujo en Japón (que incluyeron suites de hotel de miles de dólares y un itinerario que contrastaba con el discurso austero de la 4T), ahora parece que viaja con un radar anti-cámaras activado. Y lo de presionar a Aeroméxico para que no lo graben, con un sobrecargo hasta regañando a un pasajero inocente, huele a privilegios disfrazados de «precaución». Vamos a desmenuzarlo con lo que se sabe del incidente, que explotó en redes este fin de semana.
El incidente en el vuelo: ¿»Fuera cámaras!» o paranoia justificada?
Según reportes de columnas políticas como Bajo Reserva de El Universal, el viernes 28 de noviembre (justo antes de la reaparición de AMLO), Andy abordó un vuelo comercial de Aeroméxico de Cancún a CDMX como parte de sus «extenuantes jornadas» como secretario de Organización de Morena. Su equipo (o «ayudantía», como les dicen) pidió explícitamente al personal de la aerolínea que impidiera grabaciones de pasajeros. Un tipo que sacó el celular por unos segundos terminó recibiendo un regaño público de un sobrecargo, y el video (breve, pero revelador) terminó circulando en X.
Es irónico: Andy, que se supone es un operador clave en Morena con aspiraciones políticas (¿gobernatura? ¿senaduría?), opta por vuelos comerciales para aparentar humildad, pero luego arma un escándalo para blindarse. Con esto, limita libertades ajenas –nadie tiene derecho a censurar un celular en un espacio público como un avión, salvo por seguridad real (y grabar a un político no es amenaza)– para «pasar desapercibido». ¿El resultado? Más atención, claro. En X, el hashtag #FueraCámarasAndy ya acumula miles de menciones, con memes de él como un vampiro huyendo de la luz.
El fantasma de Japón: ¿Por qué tanto pánico?
Todo remite al escándalo de julio-agosto 2025, cuando fotos y videos de Andy en Tokio (con su pareja, en restaurantes caros y hoteles de lujo) se viralizaron, justo cuando la gasolina rondaba los $23-25 pesos por litro y la 4T predicaba austeridad. Opositores lo tildaron de «huachicolero fiscal» por presuntas irregularidades en contratos de Pemex durante el sexenio de AMLO, y el contraste fue brutal: él de turista millonario mientras el pueblo apretaba el cinturón. Andy negó todo (dijo que fue un viaje «familiar» pagado con ahorros), pero el daño a la imagen familiar de los López Obrador fue evidente. Ahora, cada vuelo es un campo minado: ¿y si sale otra foto comprometedora? Por eso, su equipo parece operar en modo «daño control», pero terminan amplificando el ruido.
¿Privilegios a costa de los demás? Absolutamente
Un funcionario público (y Andy lo es, como parte del CEN de Morena) no puede exigir tratos VIP en un vuelo comercial sin que huela a abuso de influencia. La ley en México protege la privacidad, pero en espacios públicos como aviones, grabar no es delito a menos que invada intimidad (y filmar a alguien visible no lo hace). Aquí, el sobrecargo actuó como «ejecutor» de una petición informal, posiblemente presionado por el equipo de Andy o incluso por llamadas desde SCT (Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que regula aerolíneas). Es el clásico «poder blando» de la 4T: no hay orden escrita, pero todos saben que decir «no» a un López puede costar caro. Y mientras, el pasajero regañado –un ciudadano común– se come el coraje.
Reacciones: De la burla a la indignación
– En X: Viral total. Usuarios como @JJDiazMachuca (con 90k+ vistas) lo llaman «cobarde» y piden grabarlo más para «que no goce de paz». Otros, como @EmilioVallejoRL, lo ligan directo al huachicol: «Grábenlo cada vez que lo vean». Simpatizantes de Morena defienden: «Es su derecho a la privacidad post-escándalo», pero son minoría.
– Medios: Político.mx lo tituló «berrinche de Andy», y columnas opositoras lo ven como prueba de que la familia López no ha soltado el poder. Aeroméxico no ha comentado (típico, para no meterse en política), pero si hay queja formal, podría escalar.
– Contexto Morena: Justo cuando AMLO pide unidad en su video, esto resalta divisiones internas. Andy es clave para 2027, pero estos tropiezos lo pintan como el «príncipe frágil» del clan.
En fin, es un recordatorio de que en México, el «pasa desapercibido» solo funciona si no eres hijo del expresidente.






































