La economía mexicana enfrenta un panorama de expectativas a la baja para el cierre de 2025 y el próximo año, según la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado realizada por el Banco de México (Banxico). El consenso de los 41 grupos de análisis consultados señala que los principales lastres para el crecimiento no son externos, sino de índole interna, con la Gobernanza como la preocupación número uno, dominada por la incertidumbre política y los problemas de inseguridad pública.
Los especialistas revisaron a la baja sus pronósticos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el cierre de 2025. La expectativa media para el crecimiento del PIB se ajustó de un 2.07% estimado en noviembre a un 1.95% en diciembre. Esta tendencia se mantiene para 2026, con una reducción en la previsión de 1.89% a 1.73%. Estos recortes sugieren que los expertos del sector privado prevén que la actividad económica de México se desacelerará más de lo anticipado, manteniéndose por debajo del umbral del 2% en ambos periodos.
El factor político y de seguridad se consolida como el principal freno. Al preguntar sobre los obstáculos que impiden el crecimiento, la categoría de Gobernanza concentró el 58% de las respuestas. Dentro de este rubro, las dos mayores preocupaciones son la Incertidumbre política interna, citada por un 29% de los analistas, y los Problemas de inseguridad pública, que representan un 21% de las respuestas. Este resultado subraya que, para el sector privado, el ambiente político y el estado de derecho son determinantes cruciales, incluso por encima de las propias condiciones económicas.
En contraste, las preocupaciones ligadas a las Condiciones económicas internas y externas registraron porcentajes menores, con 19% y 14% de las menciones, respectivamente. Entre los factores económicos internos, los expertos destacan la Ausencia de cambio estructural o la implementación de políticas públicas ineficaces y las persistentes Presiones inflacionarias internas como elementos que frenan la expansión del país.
Respecto a la inflación, los pronósticos también reflejaron ajustes, aunque ligeros. La expectativa de la inflación general para el cierre de 2025 se movió marginalmente al alza, de 3.75% a 3.77%, y para 2026 subió de 3.92% a 3.93%. Estas cifras mantienen la inflación por encima del objetivo puntual del Banco de México (3%), reflejando la dificultad para que los precios se moderen completamente.
A pesar de la inflación, los especialistas anticipan que la Junta de Gobierno de Banxico continuará con su ciclo de relajación monetaria. La expectativa de la Tasa de Interés Interbancaria de Fondeo para el cierre de 2025 se redujo de 11.23% a 10.98%. Para el cierre de 2026, la previsión también bajó, de 9.17% a 8.94%. Este consenso sugiere que el mercado ve margen para que el banco central recorte su tasa de referencia, al tiempo que mantiene vigiladas las presiones inflacionarias subyacentes.
En cuanto al tipo de cambio, las previsiones se mantuvieron estables, con una ligera apreciación esperada. El pronóstico para el cierre de 2025 se ajustó de 18.06 a 17.98 pesos por dólar, y para 2026, de 18.52 a 18.46 pesos por dólar. Este relativo optimismo sobre la fortaleza del peso se contrapone al pesimismo sobre el crecimiento y las preocupaciones por la gobernanza, enviando un mensaje claro a las autoridades: la estabilidad macroeconómica es fuerte, pero el potencial de México está siendo socavado por la incertidumbre interna y la inseguridad.





































