Queridos lectores, si pensaban que Morena estaba en la chamba de gobernar, se han llevado un buen trompo. Atención: Marco Polo, el explorador del siglo XIII, no andaba buscando nuevas tierras, sino que en el fondo todo era un plan de marketing. Y ahora resulta que en 2023, nuestros queridos gobernantes son expertos en eso de «electar», una mezcla de electoral y gobernar, pero que se les olvida que la chamba de gobernar implica, no solo tirar promesas como quien lanza tortillas al aire, sino resolver problemas reales y no salir con la sopa de letras cuando les preguntan qué tal va el país.
Vayamos por partes. Se encienden las luces y llegan los dramas: ¡el asesinato de un alcalde en Uruapan! Los ciudadanos, con justa razón, dicen «¿qué carajos pasa aquí?». Mientras tanto, desde la atalaya del poder, Morena prefiere apuntar con el dedo a los opositores: “¡Fueron ellos, claro! ¡Compraron al sicario!” ¿De verdad? Es como si a un niño le dieran un golpe en la cabeza y en lugar de parar el sangrado, le pusieran una medalla por “fuerza de voluntad”.
Pero no todo es malo, ¿eh? A estos genios de la política les gusta decir que están en el “proceso de transformación”. Claro, una transformación que parece más bien un juego de “toma tu nota” en el que sólo les interesa llevarse la mejor calificación electoral. Mientras el país se fractura y la inseguridad crece como la grasa en la panza del bueno de tu tío, ellos prefieren tirarse flores e ignorar los reclamos. “¡Ahí viene el pueblo enojado! ¡Más despilfarro en propaganda!”, parecen repetir como mantra.
¿Y qué decir de la pobreza? ¿Se acuerdan de la idea de erradicarla? Bueno, parece un chiste que sólo con un poco de humor negro podríamos contar en la sobremesa. Si esos mismos morenistas dedicaran una pizca del ahínco que ponen en “saber qué va a pasar en la próxima elección” a resolver las necesidades de la gente, sinceramente, estaríamos mejor que Europa. Es más, hasta podríamos proponer a nuestros gobernantes como consejeros de cómo gobernar por Skype, porque parece que no están haciendo mucho más que aparecer en los medios y dar “teatros” de operación.
¡Ah! Pero eso sí, no se les olvide poner su mejor cara ante las cámaras cuando se trata de elecciones. Una sonrisita y ¡al aire! A seguir cosechando votos como si fueran calabazas, mientras en las calles la gente llora la falta de estrategias y ayuda. Los ciudadanos son adultos, saben lo que pasa, pero con tal de no perder el chance de seguir en el poder, prefieren mirar hacia otro lado o despreciar la crítica.
En resumen, Morena, mis queridos amigos, no gobierna, sólo hace trampa. Elector que no ejerce su derecho, gobierno que no gobierna. Así de sencillo. Si les dieran un clavo y un martillo, ni así construirían puentes, sólo electoralismo. Así que, ya saben, si quieren ir a Europa, mejor agarren el siguiente vuelo. Mientras tanto, sigamos esperando que esos “nonsanctos” de la política pongan su cabeza a pensar.
