Ranchos, Secretos y el Patrimonio de José Ramiro López Obrador

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¡Miren lo que se coció en Tabasco, paisanos! ¿Recuerdan al buen José Ramiro López Obrador, ese que asegura no tener un centavo más que el sueldo de un trabajador decente (menos de 100 mil pesos al mes)? Pues sí, el mismo que, según el periodista Audelino Macario (@audelinomacario), está en el ojo del huracán. Y no porque haya hecho algo heroico, sino porque, al parecer, tiene más ranchos en su nombre que un terrateniente de telenovela.

Así es, resulta que este pachuco (porque ya somos amigos) está siendo sacado del portal del gobierno de Tabasco más rápido que un gato en un día de limpieza y sus declaraciones patrimoniales retiradas. Macario reveló en sus redes que las declaraciones patrimoniales de Ramiro son más cambiantes que el clima en la Ciudad de México. ¿A poco no suena a que suena a un “mágico” juego con los números? ¡Y esos ranchos! Ahora no solo son una leyenda, sino que parecen haber desaparecido como por arte de magia… ¡zap!

Pero, a ver, ¿de dónde salió semejante fortuna? O, como diría mi abuelita, “¿qué chorizo está pasando aquí?” Un hombre con 15 ranchos y un sueldo que no pasa de 100 mil pesos al mes tiene que tener una habilidad especial para hacer malabares con las finanzas o, mejor dicho, una habilidad especial para recibir regalos muy “dilmícticos” (sí, así como lo escuchan). ¡Qué conveniente, ¿no?! Esto suena más a un escándalo de la política mexicana que a una conversación de café entre los compadres.

De acuerdo con las aves de Twitter, la familia de Ramiro ha estado más cerca del poder que un perico de su jaula. Claro, no sería la primera vez que un “del pueblo” se vuelve millonario al amparo del poder. Y como en México la cosa es de risa (aunque nos duela), no podemos dejar de pensar: ¿quién nos vendió la historia de que todo político es un santo? Ahora resulta que son más parecidos a los piratones de las películas de Hollywood.

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En fin, el juego de la política se ha vuelto un circo, y Ramiro parece ser el payaso principal. La verdad es que la gente está cansada de las historias de hadas que terminan en cuentos de terror, sobre todo cuando se trata de sus “representantes”. Lo que le resta credibilidad a este personaje no es solo que tiene más ranchos que la mayoría de los tabasqueños, sino que la forma en que se están “removiendo” sus declaraciones es digna de un capítulo de telenovela, donde uno nunca sabe qué puede pasar.

Así que prepárense para ver cómo se van soltando rumores, ajustes y todo tipo de movidas entre tesorerías y registros de propiedad. Porque, al final del día, en este circo todos hacen lo que sea por el poder, y mientras el pueblo se sigue riendo de todo este enredo, el espectáculo apenas comienza.