La guerra que Israel lanzó contra Hamás que domina la Franja de Gaza, ha sembrado muerte y destrucción como nunca se había visto en los largos años en que Israel se ha opuesto a la conformación de un Estado palestino dotado de territorio propio.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sostiene su posición extrema basándose en textos bíblicos que asignan al pueblo judío el derecho de ocupar terrenos dentro de los que históricamente han sido identificados como Palestina. Es ésta la razón por la cual la facción extrema siente tener un derecho divino y exclusivo a territorios que el pueblo palestino siente también suyo.
Lo incompatible de ambas posiciones ha desembocado en una violencia no sólo provocada por el partido Hezbolá instalado en Cisjordania. Por su parte, está Hamás, la otra facción que desató el caos con particular violencia desde Gaza, el 7 de octubre, durante un festival de música en el que murieron más de mil israelitas, además de la captura de 227 rehenes.
La represalia de Israel fue inmediata, desatándose una guerra hoy convertida en una gran masacre de destrucción y muerte en Gaza.
Al presente mes de agosto, han muerto en esta guerra más de 62 mil palestinos, de los cuales 80% eran civiles. Las bajas israelíes han sido mil 706. La hambruna en ciudad de Gaza y sus alrededores fue confirmada oficialmente ayer por un organismo de seguridad alimentaria respaldado por la Organización de Naciones Unidas, tras casi dos años de guerra entre Israel y Hamás.
Hasta el momento sólo existe la esperanza de los más recientes esfuerzos diplomáticos, donde Estados Unidos con Trump, el gran aliado de Netanyahu, juega un papel importante para el apoyo a Israel.
La comunidad internacional, expresada por la mayoría de los miembros de Naciones Unidas, entre los cuales está México, ha apoyado en todo momento el reconocimiento de la autoridad palestina.
En el próximo mes de septiembre, durante la Asamblea General de Naciones Unidas, muchos países han expresado su intención de votar en favor de la ubicación de un territorio palestino.
En efecto, tanto Francia como Gran Bretaña, España y otras naciones europeas se han expresado de manera de no suspender su acción bélica contra los habitantes de la Franja de Gaza, votarán en favor de las dos porciones de Palestina, es decir la de Cisjordania y la de la Franja de Gaza como confirmación de un territorio palestino.
Muchas de las acciones militares de Israel en territorio palestino han sido blanco de críticas de parte de la comunidad internacional por constituir violaciones al derecho internacional humanitario, calificables como crímenes de guerra y de lesa humanidad.
António Guterres señaló que más de medio millón de personas se enfrentan a hambruna, desnutrición y muerte. Otro millón de personas afronta niveles de emergencia de “inseguridad alimentaria aguda”. La situación está causada por el bloqueo del ejército israelí a la entrada de ayuda humanitaria.
Un comentario que parece ser necesario en relación con la justificación bélica en contra de Palestina es en el sentido de que toda religión que profese promover la paz y la buena voluntad, y de querer ser congruente, no puede promover acciones bélicas y de extrema crueldad en contra de civiles. La argumentación de exterminio del pueblo palestino manifestada por el partido extremista encabezado por Netanyahu, no es, pues, válida y por ende, debe ser condenada por la comunidad de naciones civilizadas.
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