Llegaron por los votos obtenidos, no por su inteligencia y esto se nota

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¡Órale, banda! Agárrense porque la política en México es un circo de tres pistas, y los de Morena, con todo respeto y cariño, a veces parecen los payasos principales, ¡y de los que no dan risa, sino pena ajena!

Resulta que en Tamaulipas, una alcaldesa, muy preocupada ella por la fauna local, nos salió con que la gente tenía miedo de los «dinosaurios» tras las lluvias. ¡Dinosaurios, cabrones! ¿Neta? ¿Estamos hablando de Jurassic Park o de Tamaulipas? Se ve que la buena señora le entró duro a la fantasía o de plano se le patinó el coco. Quería decir cocodrilos, esos animalitos que sí andan de merolicos por ahí, pero suelta lo de los dinos y uno ya no sabe si reír o correr por el tiranosaurio Rex. ¡No mamar!

Y como si no tuviéramos suficiente con los saurios, nos vamos a Guerrero, donde otra iluminada de Morena, con esa sabiduría que solo dan los puestos públicos, nos soltó la perla de que los árboles, ¡sí, los árboles!, generan dióxido de carbono y que eso es bueno para el medio ambiente. ¡Puta madre! ¿De qué escuela salieron estos lumbreras? ¿De la «Escuela para Dummies Políticos» o qué chingados? Hasta un chamaco de primaria sabe que los árboles nos dan oxígeno, ¡oxígeno, no CO2! Con razón el planeta anda de la chingada, con gente que cree que los árboles son chimeneas.

Pero la joya de la corona, el punto máximo de la brillantez morenista, la puso un senador en la tribuna. En su afán por defender que nos geolocalicen sin orden judicial, salió con la pendejada de preguntar: «¿A qué le tienen miedo? ¿A la geolocalización para que no los encuentren sus esposas?». ¡No mames! O sea, ¿nuestra privacidad y seguridad se reduce a que no nos pesque la doña? ¿Y la delincuencia? ¿Y el espionaje? ¡Qué poca madre! Parece que el compadre piensa que todos somos unos infieles con miedo a que nos cachen. ¡Hasta dónde llega la brillantez de nuestros representantes!

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En fin, como bien dicen, llegaron por los votos, no por la inteligencia. Y a este paso, nos van a gobernar puros genios de la lámpara que nomás frotaron el voto. Así las cosas, raza. No nos queda más que persignarnos y pedir que el meteorito que extinguió a los «dinosaurios» no se equivoque de fecha y caiga antes de que nos den otra lección de «ciencia» o «lógica» morenista. ¡Aguas!