A ver, mis estimados chilangos y no tan chilangos, prepárense para la sacudida mañanera, porque nuestra flamante presidenta Sheinbaum nos sigue dando material para el chismorreo y la reflexión profunda. Y es que, neta, ¿alguien me puede explicar qué demonios hace defendiendo a Morena en la mañanera, como si su chamba principal fuera ser la jefa de porras del partido y no la presidenta de México? ¡Por favor!
Uno pensaría que con el paquete de broncas que tenemos en este país –seguridad, economía, el calor que nos derrite–, la susodicha tendría cosas más productivas que hacer que gastar saliva en justificar que Morena no salió tan bien librado en las elecciones de Durango y Veracruz. Es como cuando tu tía insiste en que su guisado sí le quedó bueno, aunque todos en la mesa estén haciendo caras. ¡Nadie se la traga!
Parece que a la presidenta se le olvidó que su título es “Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”, no “La Líder Moral y Escudera Oficial de Morena S.A. de C.V.”. Con todo respeto, pero la gente votó por ella para que gobernara, para que resolviera, para que por lo menos intentara que este rancho no se nos venga abajo. No para que le hiciera de publirrelacionista del partido en turno.
Y lo peor es que, mientras ella se desgarra las vestiduras por unos cuantos votos perdidos, el país sigue su curso. ¿Será que piensa que con esa defensa a capa y espada va a convencer a alguien de que Morena es invencible? ¡Pura paja! La neta es que a los ciudadanos les vale un cacahuate si Morena ganó o perdió un par de estados, lo que nos importa es si nos alcanza para la papa, si podemos salir a la calle sin miedo y si el gobierno está trabajando para todos, no solo para sus cuates.
Así que, presidenta, un humilde consejo de este su redactor irreverente: guarde esas energías para lo que de verdad importa. Deje las porras para los mítines y concéntrese en el país. Porque, si no, por más que la defienda, la gente se va a cansar de tanto circo. Y entonces sí, ni con el telescopio espacial James Webb vamos a encontrar la credibilidad.
Columna Devotos y otros políticos non sanctos, un espacio para joder al político de junto
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