¡Alerta económica: manufactura en declive!

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El Indicador de Pedidos Manufactureros (IPM) en México, un termómetro clave de la salud económica del país, registró una preocupante caída en mayo de 2025, situándose en 50.0 puntos. Esta cifra, dada a conocer por el INEGI y el Banco de México, enciende las alarmas entre analistas y ciudadanos, al marcar el fin de nueve meses consecutivos de crecimiento en el sector manufacturero. La contracción es de 0.67 puntos respecto al mes anterior, lo que sugiere un enfriamiento de la actividad industrial que podría tener repercusiones en la economía nacional.

El IPM es un indicador que se construye a partir de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE), que recaba las percepciones de los directivos del sector manufacturero sobre el comportamiento de su actividad. Su similitud con el Purchasing Managers Index (PMI) de Estados Unidos lo convierte en un referente importante para entender la dinámica económica. Un valor por encima de los 50 puntos indica expansión, mientras que por debajo de este umbral señala contracción. Aunque el IPM se mantiene justo en el límite, la tendencia a la baja es un claro indicativo de desaceleración.

La disminución en el IPM se debe principalmente a retrocesos en componentes esenciales de la actividad manufacturera. Se observaron caídas en los pedidos esperados, un reflejo de la menor confianza de las empresas en la demanda futura. Asimismo, la producción esperada también disminuyó, lo que sugiere que las fábricas se preparan para un menor ritmo de trabajo. Otro punto crítico es la reducción del personal ocupado, lo que podría traducirse en pérdida de empleos si la tendencia persiste. La oportunidad en la entrega de insumos por parte de los proveedores también mostró un retroceso, lo que podría generar cuellos de botella en la cadena de suministro y afectar la eficiencia productiva. El único componente que se expandió fue el de los inventarios de insumos, lo que podría interpretarse como una acumulación de existencias ante una menor demanda, o como una previsión de futuras disrupciones.

Si se analizan las cifras sin ajuste estacional, el panorama no es más alentador. El IPM de mayo de 2025 se ubicó en 51.5 puntos, lo que representa una caída anual de 2.3 puntos. Esta disminución en la comparación anual subraya la fragilidad de la recuperación económica y la dificultad del sector manufacturero para mantener un ritmo de crecimiento sostenido. Es crucial recordar que la manufactura es un pilar fundamental de la economía mexicana, generando empleos y divisas, por lo que su desaceleración impacta directamente en el bienestar de las familias.

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La información del IPM se complementa con otros indicadores que el INEGI genera, como el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) y el Indicador Agregado de Tendencia (IAT). Será fundamental observar cómo se comportan estos índices en los próximos meses para tener una visión más completa de la situación económica. Para un gobierno que ha prometido estabilidad y crecimiento, estos datos representan un desafío considerable. La contracción del sector manufacturero podría ser un síntoma de problemas mayores que, de no atenderse a tiempo, podrían golpear duramente la economía mexicana.


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