Trump regresa a EU como el imperio capitalista

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El presidente estadounidense Donald Trump cerró la semana con tres candados que fortalecen la centralidad imperial de Estados Unidos en México, América Latina-Caribe y Occidente:

1.- Le inventaron una medalla por la paz en modo de corcholata en la ya colonizada Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) como brazo político de MAGA (make America great again, hagamos grande a EU otra vez).

2.- En la FIFA sentó a su lado a los presidentes de Canadá y México para dejar claro el rumbo de la negociación del Tratado.

3.- Y firmó la Estrategia gubernamental de Seguridad nacional 2025 (https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2025/12/2025-National-Security-Strategy.pdf) que mandó dos mensajes muy claros: la mundialización de las prioridades del proyecto MAGA y la oficialización de la guerra fría 2.0 con una definición estratégica de la doctrina Monroe (1823, continente americano para EU) en todo el hemisferio occidental del planeta.

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Esta vez no fueron ocurrencias de estados de ánimo superlativos, sino verdaderas estrategias que están oficializando el cambio de circunstancias en el mundo, frente a la reorganización también de Rusia y China como adversarios polares.

En el primer punto, nunca se había visto que una organización internacional deportiva que depende de asociados no gubernamentales en todo el mundo fuera colonizada bajo control de la Casa Blanca para que le entregaran al presidente Trump una inexistente medalla internacional por la Paz, pero justo cuando los demócratas del Capitolio están tratando de enjuiciar al secretario de Guerra –antes de Defensa– de Estados Unidos por crímenes de guerra, debido a la forma en que ha tomado decisiones de destrucción criminal de lanchas presuntamente cargadas de drogas y presuntamente más dejadas por narcotraficantes, pero bajo el señalamiento de que se trataron de ejecuciones extrajudiciales que violan todos los códigos de guerra.

La medalla fue tan improvisada que la ceremonia se realizó en la tarima principal donde se iba a realizar posteriormente el sorteo para la distribución de los equipos. Una edecán toda nerviosa llegó con una charola y el propio Tom la tuvo que tomar para colocársela en el pecho por encima de la cabeza y sonreír como si estuviera cumpliendo el sueño de su vida como si esa medalla futbolística inexistente, improvisada y sin reconocimiento oficial fuera su anhelado Premio Nobel de la Paz.

La presencia de la presidenta de México y del primer ministro de Canadá fue protocolaria porque por primera vez se realizaría un campeonato mundial de fútbol en tres países que tienen vecindad y que configuran la comunidad norteamericana de comercio exterior, por cierto, un campeonato decidido antes inclusive de las elecciones del año pasado que llevaron a Trump por segunda vez a la Casa Blanca.

La presencia de los tres jefes de Gobierno de la zona Norteamérica pudo haber tenido por ahí un ligero encandilamiento simbólico –es decir: para las fotografías– a favor del Tratado de Comercio Libre entre las tres naciones, pero justo horas después de que Trump por enésima ocasión había desautorizado ese modelo de integración productiva-comercial y había anunciado que estaría pensando su disolución casi inmediata, a pesar de que por ley ese acuerdo comercial tienen que existir hasta 2036 –faltarían 11 años– y luego cada país podría romper la casa e irse a su casa.

El tercer evento de Trump fue la distribución de la estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos –con fecha de noviembre de 2025—con tres puntos clave: la extensión a nivel planetario de la doctrina Monroe en la parte que corresponde al hemisferio occidental y suponiendo que el otro hemisferio estaría bajo dominio de Rusia y China: Trump pasa del continente americano para Estados Unidos al concepto geopolítico, militar, estratégico y de seguridad nacional de “el hemisferio occidental para Estados Unidos», y desde este criterio asumir la decisión de que podría usar recursos militares y hasta nucleares para mantener el dominio sobre esa zona planetaria.

Luego fue la reiteración muy sencilla de que los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos que permitirán cualquier tipo de uso de recursos para protegerlos se reducen al concepto de la defensa a ultranza de la American way of life o modo de vida americano o para decirlo en pocas palabras el modelo de confort estadounidense por encima de los intereses de otros países.

Y la tercera variante del punto 3 fue la elevación a nivel de doctrina de seguridad nacional del concepto que definió Trump para usar la fuerza unilateral: “la paz a través de la fuerza”, un concepto que recuerda el neolenguaje de la novela 1984 de George Orwell en donde se intercambian los criterios para imponer el mundo ideal autoritario que en 1948 en que se publicó dibujaba la dictadura comunista soviética.

Bajo el argumento de que sobre advertencia no hay engaño, el presidente Donald Trump está restaurando el viejo imperio estadounidense que subordinó al mundo a la voluntad de la Casa Blanca.

Política para dummiesla política es la imagen de la realidad.

El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica. 

carlosramirezh@elindependiente.com.mx

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