Trump: ¿$15 Mil Millones para Silenciar a los Medios?

0
15

En Estados Unidos se ha dado un choque cada vez más intenso entre la administración del presidente Donald Trump en su segundo mandato y la prensa libre. En una semana se resume su venganza contra los críticos, la suspensión abrupta del programa de Jimmy Kimmel en ABC —y su rápida reinstauración— colisiona con la audaz demanda de Trump por 15 mil millones de dólares contra The New York Times. Estos episodios, en el contexto de acciones percibidas como censura desde su inauguración el 20 de enero de 2025, plantean una pregunta crucial: ¿Podrá Trump silenciar finalmente las críticas en una nación fundada en la Primera Enmienda?

El escándalo de Kimmel estalló el 16 de septiembre de 2025, cuando ABC suspendió indefinidamente Jimmy Kimmel Live! tras un monólogo donde el conductor tildó de “fiebres autoritarias” las recientes órdenes ejecutivas de Trump sobre inmigración y regulación mediática. Críticos aliados de Trump en Fox News lo calificararon de “discurso de odio”, amplificando llamados al escrutinio de la FCC sobre licencias de transmisión. La red, propiedad de Disney, cedió a presiones de anunciantes y susurros de la Casa Blanca, retirando episodios ante una caída del 20% en audiencia por contenido polarizado. Sin embargo, el 22 de septiembre, ABC revirtió el curso, anunciando el regreso de Kimmel el martes 23, tras “discusiones productivas” con los directivos de Disney. Fuentes internas especulan que el cambio se debió a demandas inminentes de la Primera Enmienda de grupos como la ACLU, que alertaron sobre un “efecto chilling” en la comedia. El chiste de Kimmel en redes sociales —“De vuelta del gulag, gente”— subrayó la farsa, pero evidencia cómo la retórica de Trump puede alterar hasta el entretenimiento.

Paralelamente, Trump intensificó su guerra mediática el 16 de septiembre, presentando una demanda por 15 mil millones en un tribunal federal de Florida contra The New York Times. La queja apunta a artículos y un libro de periodistas del Times que cuestionan las finanzas de su campaña 2024 y lazos con donantes extranjeros, tildándolos de “ficción difamatoria” para interferir en elecciones. Con 15 mil millones —casi el doble de la capitalización bursátil del Times, de 9.5 mil millones al 22 de septiembre—, la cifra es punitiva, superando veredictos previos como los 475 millones del caso Carroll. El juez federal Steven Merryday la desestimó tres días después, el 19 de septiembre, criticándola como un “desahogo de vituperios” sin reclamo claro, otorgando 28 días para reformularla. El Times la celebró como victoria para la libertad de prensa, pero Trump juró en Truth Social “luchar hasta que sangren tinta”.

Estos eventos amplifican un patrón de censura desde el regreso de Trump. Su orden ejecutiva del Día Uno, “Restaurando la Libertad de Expresión y Terminación de la Censura Federal”, supuestamente ataca el “sesgo de Big Tech” contra conservadores. Sin embargo, las acciones contradicen el título: la prohibición de reporteros de Associated Press en briefings de la Casa Blanca en febrero por disputas sobre nomenclatura del Golfo de México; la purga de contenido “woke” en sitios del Servicio de Parques Nacionales en marzo; y amenazas de la FCC en septiembre para revocar licencias a redes que emitan “noticias falsas”. Revistas médicas reportan bozales a científicos federales sobre datos climáticos, evocando tácticas de 2017. Críticos como el Comité de Reporteros por la Libertad de Prensa argumentan que esta estrategia SLAPP (Demandas Estratégicas contra Participación Pública) agota recursos, fomentando autocensura.

-Publicidad-

¿Logrará Trump acallar a los críticos? La historia dice que no. Los tribunales rechazan sus demandas en el 90% de los casos, y el backlash público a menudo impulsa a los medios —las suscripciones del NYT subieron 15% post-demanda. El regreso de Kimmel prueba la resiliencia de la irreverencia cómica. No obstante, en un 2025 polarizado, estos ataques erosionan la confianza institucional, polarizando aún más los ecosistemas mediáticos. Con elecciones futuras en el horizonte, el manual de Trump puede galvanizar a su base, pero alejar a moderados, recordándonos que silenciar voces en EE.UU. es como arrear gatos: fútil y furiosamente felino.


There is no ads to display, Please add some

Deja un comentario