La presidenta Claudia Sheinbaum ha generado un amplio debate con sus recientes declaraciones sobre figuras clave de su administración y aliados políticos, al tiempo que proyecta una visión optimista de la economía nacional, pese a indicadores que sugieren desafíos persistentes. En conferencias matutinas y apariciones públicas, ha defendido públicamente a personajes envueltos en escándalos, argumentando su valía y descartando irregularidades, lo que ha avivado críticas de opositores y analistas que cuestionan su percepción de la realidad. Esta postura, interpretada por algunos como un aislamiento de la crítica externa, invita a examinar la brecha entre el discurso oficial y los datos disponibles, sin inclinarse por juicios partidistas.
En primer lugar, respecto a Alejandro Gertz Manero, exfiscal general de la República, Sheinbaum lo elogió como un «gran fiscal» y justificó su designación como embajador, afirmando que «lo hará muy bien» y que el nombramiento se apega estrictamente a la ley del servicio exterior. Esta declaración surgió tras la renuncia de Gertz en diciembre de 2025, en medio de controversias por su gestión en la Fiscalía, incluyendo acusaciones de uso personal de la institución en disputas familiares. Críticos, como organizaciones de derechos humanos, han señalado que esta transición podría interpretarse como una recompensa, generando polémica sobre la independencia judicial y la meritocracia en cargos diplomáticos. Elementos controvertidos emergen al considerar que Gertz, de 86 años, deja un legado de investigaciones estancadas en casos de alto perfil, lo que contrasta con la narrativa presidencial de eficacia.
Similarmente, sobre Alex Tonatiuh Márquez Hernández, conocido como «Lord Relojes» por su colección de relojes de lujo valorada en millones, la mandataria destacó su contribución en el combate al «huachicol fiscal», al proporcionar alertas clave sobre un buque involucrado en contrabando en Tampico. Confirmó su separación del cargo en la Administración Nacional de Aduanas en diciembre de 2025, pero negó una investigación formal por corrupción, atribuyendo su salida a una revisión interna. Sin embargo, reportes independientes revelan señalamientos de enriquecimiento ilícito y posibles vínculos con evasión fiscal, con opositores exigiendo transparencia sobre su visa revocada por Estados Unidos. Esta defensa aviva debates sobre nepotismo y corrupción en el sector aduanero, donde Márquez fue designado por cercanía con el círculo morenista. La polémica se intensifica al cuestionar si su rol en antihuachicol justifica ignorar irregularidades personales.
En cuanto a Adán Augusto López Hernández, coordinador de los senadores de Morena, Sheinbaum afirmó que ha aclarado las acusaciones en su contra, rechazando pruebas concretas de evasión fiscal por 79 millones de pesos no declarados. Estas declaraciones datan de septiembre de 2025, tras filtraciones de documentos que lo ligan a escándalos en Tabasco durante su gubernatura. La presidenta insistió en que no hay investigación del SAT ni del gobierno federal, pero opositores en el Senado lo acusan de vínculos con crimen organizado y corrupción, demandando su remoción. Este respaldo genera tensiones internas en el Legislativo y plantea interrogantes sobre la rendición de cuentas en el partido gobernante.
Sobre la economía, Sheinbaum ha reiterado que está «muy fuerte», destacando el crecimiento de la clase media al 39.6% según el Banco Mundial, atribuido a programas sociales y aumento salarial. No obstante, datos oficiales indican un crecimiento del PIB de apenas 0.5% en el primer semestre de 2025, con informalidad impulsando el avance y un estancamiento en sectores formales. Analistas señalan riesgos por nearshoring incompleto y volatilidad externa, contrastando con la optimista proyección presidencial. Finalmente, ante la encuesta de Morning Consult que registra un 49% de desaprobación en diciembre de 2025 –un descenso de 21 puntos desde 2024–, la mandataria no ha comentado directamente, pero enfatiza su «apoyo popular» basado en encuestas internas. Esta omisión alimenta críticas de desconexión, con observadores sugiriendo que el enfoque en logros selectivos podría erosionar credibilidad.
En síntesis, estas declaraciones resaltan una estrategia de defensa leal, pero invitan a polémicas sobre transparencia y realismo, en un contexto donde la percepción pública podría influir en la gobernabilidad futura.
