En realidad la historia de esta bebida es tan antigua que se remonta a la prehistoria. De hecho, existen registros de que los antiguos sumerios, hace más de 5,000 años, ya elaboraban una bebida similar a la cerveza que era considerada un alimento básico y una parte fundamental de su dieta diaria. Y no solo eso, sino que también era utilizada como moneda de cambio para pagar a los trabajadores y como una ofrenda a los dioses en ceremonias religiosas.
Pero la cosa no termina ahí, pues la cerveza también ha sido un motor de desarrollo en otros aspectos. Por ejemplo, en la Edad Media, los monjes se convirtieron en expertos cerveceros y perfeccionaron la técnica, agregando lúpulo a la mezcla, lo que ayudó a que la bebida se conservara por más tiempo y adquiriera un sabor más amargo y distintivo. Y en la época de la colonización, la cerveza jugó un papel crucial en la expansión de las potencias europeas, ya que ayudó a los marineros a mantenerse hidratados y nutridos en sus largos viajes por el mar. La cerveza era considerada más segura para beber que el agua, ya que el proceso de fermentación mataba a las bacterias dañinas. Así que la próxima vez que te tomes una cerveza, recuerda que estás bebiendo una bebida con una historia milenaria que ha estado presente en los momentos más importantes de la historia de la humanidad.
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