En Morena, además de los conflictos internos por las posiciones y candidaturas, también se da otra batalla entre los que se consideran puros y herederos del lopezobradorismo y los que llegan provenientes de otros partidos.
En este partido, ha sido un dolor de cabeza tratar de equilibrar el discurso en contra del PRIAN a la vez que tienen al lado a exmilitantes del PRI y del PAN, algo que también genera no sólo molestia por tener en el interior del partido a personajes que anteriormente militaban en los partidos a los que consideran culpables de todo lo malo que sucedió en el país.
Que se haga a un lado a fundadores del partido vino tinto o integrantes del grupo de puros cercanos al expresidente para darle candidaturas y posiciones legislativas relevantes en el Congreso a expanistas y expriístas, con todo y que la justificación es que ellos sí ganan elecciones, algo que sólo ha avivado los resentimientos y enfrentamientos al interior del movimiento.
Muchos morenistas que se consideran, antes que otra cosa, lopezobradoristas, se ven obligados a defender a personajes como Javier Corral, Gabriela Cuevas, Manuel Espino, entre otros, que en el pasado atacaron a Morena, algo que provoca no sólo molestia e indignación, sino inconformidad e intenciones de cerrarle el paso a quienes consideran opostunistas políticos que sólo buscan su beneficio personal antes que cumplir con los postulados que dieron origen al Movimiento.
Ahora toca el turno a Ricardo Sheffield, quien es su trayectoria política cuenta con cargos como presidente municipal de León o diputado federal por el PAN y la titularidad de la Profeco en el sexenio anterior, buscando también por Morena la gubernatura de Guanajuato apuntando a sus antecedentes panistas para arrebatarle a este partido esta entidad, algo que no logró, demostrándo que el argumento de que los exmilitantes del PRIAN ganaban elecciones no es tan cierto.
De acuerdo al columnista de El Universal, Mario Maldonado, la inconformidad en Morena en contra de el señor Sheffield empieza a cobrar fuerza: «Ricardo Sheffield pasa a ocupar una posición muy incómoda dentro de Morena, donde una buena parte de sus correligionarios lo perciben como un “panista” disfrazado. La cercanía que él presumía conAndrés Manuel López Obrador, por estar con el expresidente cada lunes en la sección de “Quién es quién en las gasolinas”, era ficticia, y con Sheinbaum ha perdido toda protección.
«Sheffield fue la apuesta fallida de Morena para adueñarse de Guanajuato y se quiso aprovechar la cercanía que éste tenía con “El Yunque” –la organización de extrema derecha– para ganar voluntades en una sociedad muy conservadora; no obstante, el tránsfugo del panismo terminó confrontado con los liderazgos ultracatólicos y ahora enredado con un movimiento de izquierda que lo rechaza».
Por si lo anterior fuera poco, en un evento reciente que incluía la presencia de la presidenta del partido, Luisa María Alcalde, Ricardo Sheffield fue abucheado, además de que se le va a investigar por irregularidades durante su paso por la Profeco, como detalla Mario Maldonado: «El nuevo responsable de la misma, Iván Escalante Ruiz, parece haber encontrado indicios de esa presunta red de corrupción que cobraba cuotas mensuales de entre 20 y 25 mil pesos a las estaciones gasolineras, para no ser clausuradas en las visitas de los verificadores y para no ser exhibidas en la conferencia de prensa “mañanera”.
«Dichos señalamientos contra Sheffield los confirmó en los primeros meses de 2023 el entonces secretario de Gobernación, @adan_augusto, quien hizo pública una denuncia de grupos gasolineros respecto a que eran alrededor de 11 mil estaciones de servicio en el país las que fueron obligadas a pagar esa cuota irregular de la Profeco. Es decir que el equipo del guanajuatense llegaba a acumular mensualmente un monto superior a 200 millones de pesos por esta recaudación (o extorsión), a la que le llamaban entre los funcionarios ‘la vacuna’”.
Así, el expanista podría quedar más que marginado al interior de Morena, marcando el destino que podrían tener otros exmilitantes azules que buscaron mantener sus privilegios en un partido que criticaba precisamente los privilegios del PRIAN.
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