Queridos lectores, agárrense, porque la novela de la 4T sigue dando de qué hablar, y esta vez el protagonista es José Ramón López Beltrán, el hijo mayor del exjefe del Ejecutivo, quien reapareció como gandalla en redes sociales tras unas vacaciones que, digamos, no pasaron desapercibidas. ¿El chisme? El buen José Ramón se dio una escapadita de 15 días a un resort de lujo en Cancún, nada menos que en el Vidanta Riviera Maya, propiedad de Daniel Chávez, un empresario que, según las malas lenguas, fue muy amigo del sexenio de su papá. Y claro, el internet se incendió, porque mientras unos sudan la gota gorda para llegar a fin de quincena, otros se relajan en albercas de cinco estrellas.
La cosa se puso buena cuando circularon fotos de José Ramón con su familia, disfrutando la buena vida en el hotelazo, donde una noche puede costar desde 9,800 hasta 30,000 varos, según el portal Entorno. Hagan cuentas: 15 días en el paraíso no salen baratos, y las redes no tardaron en sacar la calculadora, estimando que la vacación pudo costar entre 137,000 y 400,000 pesos, con todo y spa, comidita gourmet y traslados. ¡Órale! Pero agárrense, porque el hijo de AMLO salió a apagar el fuego con un comunicado en X que, lejos de calmar las aguas, echó más leña al asador.
“Trabajo, como muchas otras personas, y cuando se puede, también busco compartir tiempo con mi familia”, dijo José Ramón, y remató con una frase que ya es meme: “Llevo años leyendo que ‘no trabajo’, como si guardar silencio fuera lo mismo que no hacer nada”. ¿Cómo ven? Según él, su chamba es tan discreta que no necesita reflectores, y que esas fotos con sus pequeños, Salomón y Natalia, son solo momentos familiares, no un lujo. Pero en redes, la banda no le compró el cuento. “Dice que trabaja en silencio, pero su silencio grita billetes”, comentó un usuario en X, mientras otro soltó: “¿Entonces su trabajo es no hacer ruido en un resort de lujo? ¡Qué talento!”.
El chisme no para ahí. Las malas lenguas en X aseguran que este no es el primer escándalo de José Ramón. Recordemos la “Casa Gris” en Houston o sus viajecitos a Aspen y Venecia, que siempre desatan la misma pregunta: ¿de dónde sale la lana? Él jura que no es funcionario público ni maneja recursos del gobierno, y que sus ingresos vienen de proyectos propios. Pero, como esto es Off the Record, aquí entre nos, muchos sospechan que el apellido López Obrador abre puertas que no todos tienen. Y más cuando el hotel donde vacacionó pertenece a un empresario cercano al exgobierno.
Por si fuera poco, la presidenta Sheinbaum salió a decir que todos tienen derecho a viajar, pero que los de la 4T deben actuar con “austeridad y responsabilidad”. ¿Le estarán mandando indirectas a José Ramón y a su hermano Andy, que también armó revuelo por su viaje a Tokio? En fin, el chisme sigue corriendo, y mientras José Ramón “trabaja en silencio”, las redes no paran de hacer ruido. ¿Ustedes qué piensan, queridos lectores? ¿Es solo envidia de la oposición o hay algo más detrás de estas vacaciones de lujo? ¡Échenos la mano con sus teorías!
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