¡Órale, carnales! Aquí en Off the Record, donde todo es chisme de pasillo, susurros en WhatsApp y tuits que arden como gordita en comal, les traigo los chismes frescos del regreso de esos seis mexicanos de la Flotilla Global Sumud. Ayer mismo, 8 de octubre del 2025, aterrizaron en el AICM entre aplausos y banderas palestinas, pero agárrense: las redes no les dieron ni un respiro. Al contrario, les cayeron con todo, acusándolos de hipócritas que se preocupan más por bombas lejanas que por las balas que silban en Sinaloa o los fosas en Veracruz.
Empecemos por el bombazo –literalmente– de Diego Vázquez, uno de los repatriados. En una conferencia que se viralizó como reggaetón en TikTok, el cuate soltó: «Mientras estábamos en la cárcel, escuchábamos las bombas que pasaban encima de nosotros rumbo a Gaza». ¿En serio, compa? Las redes explotaron en memes y cara de «¡No mames!». Usuarios en X, como @danilerer, lo tundieron de entrada, diciendo que la flotilla huele a financiamiento de Hamás y que cuentos así son puro show para likes. «¡Si oyeron bombas desde Ashdod, pos ya valió, son videntes!», tuiteó uno, mientras otro remató: «Escucharon el zumbido de los drones israelíes, no misiles a 100 km. Pura pose para la cámara». Claro, son versiones no confirmadas, chismes de anónimos que juran que Diego se mandó un freestyle dramático para impresionar, pero el escarnio ya está en marcha. ¿Pruebas? Ninguna, solo capturas de pantalla de foros donde dicen que los guardias israelíes les contaron que era «ruido de aviones comerciales». Rumores, nomás.
Y ni hablemos de la ola de «¡Y los desaparecidos de aquí qué!». En posts de @RealArturoH y otros, la gente les echa en cara que México tiene 110 mil desaparecidos –¡110 mil, wey!– y fosas colectivas en Tamaulipas, pero ellos no mueven un dedo, pero se la juegan por Gaza. «Mientras un mexicano como Orión Hernández era secuestrado y degollado por Hamás en 2023, estos viajan en yate humanitario», escribió un usuario, recordando cómo el gobierno ni se inmutó por él. Otro, en un hilo que ya tiene 50k views, suelta: «Secuestros en Veracruz a diario, masacres en Culiacán con drones narcos, y estos oyen ‘bombas’ imaginarias. ¿Dónde estaba su flotilla pa’ Acapulco?». Hipocresía total, dicen los tuiteros, y no les falta razón en el coraje: ¿por qué no una flotilla pa’ las madres buscadoras? Son sospechas de la calle digital, eh, no hay fact-check, pero el vibe es de «primero el tejado propio».
Hasta Arlin Medrano, la que mandaba videos en vivo desde el barco, se llevó su dosis. «Selfies en alta mar mientras México sangra», le espetaron en replies, con capturas de sus posts pre-detención. Y la familia de Ernesto Ledesma, que denunció maltratos –»nos daban de comer pan mohoso», según su hermana Mayra en un tuit–, ahora enfrenta dudas: «¿Maltratos o excusa pa’ el mártir?». Todo esto mientras la SRE celebra el regreso como victoria diplomática, pero en redes, el pueblo opina: «Bonito gesto, pero ¿y los 40 mil muertos por violencia en México desde 2018? ¿Esos no oyen bombas?».
Al final, carnal, esto de la flotilla es un espejo roto: refleja lo que duele cerca y lo que brilla lejos. Rumores volando, sospechas cocinándose, y el pueblo juzgando sin piedad. ¿Heroísmo global o distracción local? Ustedes dirán, pero off the record, las redes no perdonan la doble vara.
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