De acuerdo con el informe del Banco de México, durante el primer trimestre de 2025, la cuenta corriente del país registró un déficit de 7,613 millones de dólares, lo que representa una mejora significativa en comparación con el déficit de 22,207 millones de dólares reportado en el mismo periodo de 2024. Como proporción del PIB, el déficit se ubicó en 1.8%, frente al 4.7% del primer trimestre del año anterior. Este descenso refleja ajustes positivos en los flujos de ingresos y una mayor dinámica en las exportaciones no petroleras.
El comportamiento global de la economía afectó las cuentas externas de México, ya que Estados Unidos, su principal socio comercial, experimentó una contracción económica en el primer trimestre del año, influenciada por una caída en sus exportaciones netas y una desaceleración del consumo privado. Además, el entorno comercial mundial se vio perturbado por cambios en las políticas arancelarias de Estados Unidos y las respuestas de otros países, lo que generó incertidumbre en los mercados internacionales.
Pese a este contexto, México logró reducir su déficit en la cuenta corriente gracias a una disminución del déficit en el ingreso primario y un aumento en los superávites de la balanza de mercancías no petroleras y servicios. Por otro lado, el déficit en la balanza de mercancías petroleras se amplió, mientras que el superávit en ingreso secundario permaneció prácticamente sin cambios respecto al primer trimestre de 2024.
En términos de componentes, la balanza de bienes y servicios cerró con un superávit de 1,539 millones de dólares, resultado de un superávit de 1,029 millones de dólares en la balanza de bienes y de 510 millones de dólares en la balanza de servicios. Las exportaciones de mercancías alcanzaron un total de 149,253 millones de dólares, mientras que las importaciones sumaron 148,156 millones de dólares, lo que dio lugar a un modesto superávit de 1,097 millones de dólares en la balanza comercial de mercancías.
Por su parte, la balanza de ingreso primario presentó un déficit de 23,304 millones de dólares, originado principalmente por pagos de utilidades, dividendos e intereses. En contraste, el ingreso secundario mostró un superávit de 14,153 millones de dólares, impulsado por las remesas familiares provenentes del exterior, que ascendieron a 14,254 millones de dólares, con un crecimiento anual de 1.2%.
En cuanto a la cuenta financiera, México registró un endeudamiento neto de 6,870 millones de dólares, destacando una entrada de capital por inversión directa por 19,807 millones de dólares. Asimismo, se observó un aumento en los activos de reserva internacional por 11,128 millones de dólares, lo que reflejó una acumulación estratégica de reservas pese a la volatilidad en los mercados financieros globales.
Los mercados internacionales enfrentaron turbulencias durante el periodo analizado, particularmente tras la imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos, lo cual impactó negativamente en los flujos de inversión y en el comportamiento del dólar. Sin embargo, México logró mantenerse como un destino confiable para la inversión extranjera directa, lo que contribuyó a estabilizar su posición financiera externa.
En resumen, el primer trimestre de 2025 dejó ver una mejora en el balance externo de México, respaldada por una menor dependencia de ingresos externos deficitarios y un fortalecimiento de sectores clave como los servicios y las exportaciones no petroleras. Aunque persisten riesgos asociados a la política comercial estadounidense y a la desaceleración global, los fundamentos macroeconómicos del país parecen resistir el entorno adverso.


























