La economía mexicana sigue dando de qué hablar, y lamentablemente, las noticias no son del todo alentadoras para el bolsillo de las familias. La inflación anual en México se ubicó en un preocupante 4.4% en mayo de 2025, lo que representa un repunte significativo comparado con el 3.9% registrado el mes anterior. Este dato, proporcionado por TResearch International, enciende las alertas sobre el alza de precios que afecta directamente el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Para quienes esperaban un alivio en los costos de la canasta básica, la realidad es cruda. El informe destaca que el rubro que más incrementó su precio anualmente fue el de los productos pecuarios, con un alarmante 10.9%. Esto significa que el precio de la carne, los huevos y otros derivados animales sigue escalando, impactando fuertemente la dieta de los hogares. Le siguen de cerca los productos agropecuarios en general, con un aumento del 8.4%, lo que sugiere que el costo de frutas, verduras y otros alimentos provenientes del campo también está contribuyendo a esta espiral inflacionaria. La educación, otro pilar fundamental para el desarrollo de las familias, no se queda atrás, con un incremento del 6.3% en sus costos, añadiendo una carga adicional a los gastos mensuales.
Es importante recordar que el gobierno actual ha insistido en que la inflación es un fenómeno global, minimizando en ocasiones su impacto local y la responsabilidad de las políticas económicas internas. Sin embargo, la persistencia de estos aumentos, especialmente en alimentos esenciales, genera desconfianza y preocupación entre la población, que día a día ve cómo su dinero rinde menos.
Si bien algunos productos han experimentado una disminución en sus precios en el último año, como la electricidad (-18.5%), el limón (-10.5%) y el transporte aéreo (-7.6%), estos descensos palidecen frente al constante encarecimiento de los bienes y servicios más básicos y de consumo frecuente. La ciudadanía se pregunta si estas reducciones son suficientes para compensar el impacto de la inflación en rubros tan sensibles como los alimentos y la educación.
A nivel regional, la disparidad es notable. Tabasco se lleva el primer lugar en el incremento mensual de precios, con un 1.06%, lo que agrava la situación económica de sus habitantes. En contraste, Sonora experimentó la mayor disminución mensual con -2.89%. Estas diferencias geográficas resaltan la complejidad del problema inflacionario y la necesidad de estrategias focalizadas que realmente beneficien a todas las regiones del país.
Este repunte inflacionario de mayo de 2025 es una señal clara de que la estabilidad económica aún es una meta lejana para México. La preocupación se mantiene latente en la sociedad, que exige soluciones efectivas y un manejo transparente de la economía para evitar que la inflación siga golpeando con fuerza el poder adquisitivo de todos. Es fundamental que las autoridades tomen medidas contundentes para contener este flagelo y proteger el patrimonio de las familias mexicanas.
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