El pasado 23 de junio, el huracán Erick tocó tierra como categoría 3 en Santiago Pinotepa Nacional, Oaxaca, y continuó su trayectoria por la región de Costa Chica, Guerrero, dejando comunidades incomunicadas, viviendas destruidas y servicios básicos colapsados.
Los municipios más afectados incluyen Ometepec, Cuajinicuilapa, Azoyú y Juchitán, zonas con altos niveles de marginación, donde más del 26 % de la población vive en pobreza extrema. Las lluvias torrenciales y los vientos de hasta 250 km/h provocaron desbordamientos de ríos, deslaves, cortes de energía eléctrica y escasez de agua potable, afectando especialmente a niñas, niños y familias indígenas y afromexicanas.
World Vision México, activó su protocolo de emergencia y se encuentra en proceso de evaluación de daños y necesidades en coordinación con autoridades locales, estatales y organizaciones comunitarias. La base operativa ha sido establecida en Ometepec, desde donde se despliega personal técnico y logístico para planear las acciones de respuesta.
La organización reafirma su compromiso de largo plazo con el estado de Guerrero, donde ha trabajado de manera ininterrumpida en emergencias recientes como los huracanes Otis (2023) y John (2024), y en procesos de recuperación comunitaria con enfoque en la protección de la niñez. La experiencia adquirida permite hoy una intervención más contextualizada, basada en el conocimiento del territorio y en relaciones sólidas con las comunidades.
“Desde el primer momento activamos nuestro protocolo de emergencia. Estamos enfocados en proteger a la niñez y garantizar que las familias puedan acceder a lo más básico: agua limpia, techo seguro y herramientas para comenzar a recuperarse”, señaló Mario Valdez, Director Nacional de World Vision México.
“Nuestra presencia en Guerrero es permanente. No estamos de paso: estamos aquí para reconstruir con las comunidades, hombro a hombro”.
En esta primera etapa, World Vision México contempla implementar una respuesta humanitaria que atienda necesidades básicas y urgentes, priorizando a niñas, niños y familias en situación de mayor vulnerabilidad. Entre las acciones previstas se encuentran:
La entrega de kits de limpieza para evitar enfermedades derivadas de las inundaciones.
La distribución de filtros de agua en zonas donde los sistemas hídricos han sido afectados.
La provisión de kits de láminas para apoyar la rehabilitación de techos dañados.
Servicios de atención psicoemocional para la niñez.
Procesos de evaluación comunitaria participativa, que permitan diseñar estrategias sostenibles de recuperación a mediano y largo plazo.
En diversas comunidades ya se observa que la prevención ha marcado la diferencia. Gracias a los programas de preparación implementados por World Vision México en años recientes, muchas familias contaban con mochilas de emergencia, resguardaron herramientas y protegieron huertos, lo que ha facilitado una primera respuesta más rápida y organizada. Una participante del proyecto Reverdeciendo Acapulco compartió que antes de la tormenta, su familia preparó lo necesario para proteger sus árboles y aseguró sus utensilios de trabajo, medidas que les han permitido mantenerse activos tras el paso del huracán.
World Vision México está gestionando recursos para garantizar el acceso a insumos esenciales que contribuyan a restablecer la salud, la seguridad y la dignidad de las personas afectadas.
La participación colectiva será clave para atender esta emergencia y acompañar a las comunidades en su proceso de recuperación.
