El reciente anuncio del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre el decomiso de más de 15 millones de litros de combustible ilícito, conocido como huachicol, ha generado un intenso debate sobre la efectividad de las políticas de seguridad y el contraste con las afirmaciones del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien en múltiples ocasiones aseguró que este delito había sido prácticamente erradicado durante su sexenio (2018-2024). Este informe analiza de manera imparcial los datos disponibles, el contexto político y las implicaciones de estos operativos, con el objetivo de ofrecer una visión clara sobre la situación actual del huachicol en México.
Contexto: La lucha contra el huachicol bajo López Obrador
Durante su administración, López Obrador hizo del combate al robo de combustible una prioridad. En 2019, tras el cierre de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) y el despliegue de fuerzas federales, el gobierno reportó una disminución significativa en el huachicol. Según datos oficiales, las pérdidas por este delito pasaron de 65 mil millones de pesos en 2018 a 3 mil millones en 2020. En siete ocasiones, el expresidente afirmó que el huachicol estaba prácticamente eliminado, destacando operativos en estados como Hidalgo, Guanajuato y Puebla, además de la vigilancia de ductos por la Guardia Nacional. Sin embargo, críticos y analistas señalaron que, aunque las cifras oficiales mostraban avances, el problema persistía en regiones donde el crimen organizado mantenía redes logísticas sofisticadas.
El enfoque de López Obrador, basado en la militarización de la seguridad y programas sociales para atacar las causas sociales del delito, tuvo resultados mixtos. Mientras el robo de combustible en ductos disminuyó, el huachicol marítimo y la operación de refinerías clandestinas crecieron, según reportes de Pemex y la Secretaría de Marina. Además, el Financial Times señaló que hasta el 40% de la gasolina consumida en estados como Nuevo León y Zacatecas provenía del mercado ilícito entre 2019 y 2024. Estas cifras sugieren que, aunque el gobierno de López Obrador logró avances, la erradicación total del huachicol fue una meta no alcanzada.
El gobierno de Sheinbaum: Nuevos decomisos y un cambio de estrategia
Desde su llegada al poder en octubre de 2024, la presidenta Claudia Sheinbaum ha marcado una diferencia en el enfoque de seguridad respecto a su predecesor. Bajo la dirección del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, el gobierno ha intensificado los operativos contra el crimen organizado, incluyendo el huachicol. El decomiso de 15.4 millones de litros en Coahuila, anunciado el 7 de julio de 2025, es uno de los más significativos de la actual administración, superando en un solo operativo el total anual decomisado en cinco de los seis años del sexenio de López Obrador.
En total, el gobierno de Sheinbaum ha asegurado 69.3 millones de litros de hidrocarburos ilícitos en sus primeros 10 meses, una cifra que se acerca al total decomisado durante todo el sexenio anterior (70.5 millones de litros). Otros operativos relevantes incluyen la incautación de 20 millones de litros en un buque en Tampico, Tamaulipas, y el desmantelamiento de una refinería clandestina en Veracruz. Estos resultados reflejan un enfoque más agresivo, centrado en inteligencia, coordinación interinstitucional y la persecución de redes logísticas del crimen organizado.
Sheinbaum ha enfatizado que no habrá encubrimiento para funcionarios implicados en el huachicol, prometiendo sanciones económicas y penales severas. Las investigaciones han alcanzado a trabajadores de Pemex y autoridades locales, lo que sugiere un intento por desarticular las redes de corrupción que sustentan este delito. Sin embargo, la presidenta también ha reconocido los avances de López Obrador, calificando su sexenio como un periodo de “progresos significativos” en la lucha contra el huachicol, lo que indica una intención de mantener continuidad en el discurso de Morena sin desacreditar a su mentor político.
Contrastes y críticas: ¿Qué revelan los decomisos?
El volumen de los decomisos bajo Sheinbaum plantea preguntas sobre la narrativa de erradicación del huachicol durante el sexenio anterior. Algunos analistas, como los del think tank México Evalúa, argumentan que los operativos actuales exponen la persistencia de redes criminales que operaban con impunidad. En X, usuarios han señalado que los decomisos masivos podrían ser una respuesta a presiones externas, como las del gobierno de Estados Unidos, que ha acusado a México de permitir un negocio transnacional de huachicol ligado al narcotráfico.
Por otro lado, defensores de López Obrador sostienen que los decomisos actuales son fruto de las bases sentadas por su administración, como la modernización de aduanas y la creación de laboratorios para detectar combustible ilícito. Además, argumentan que el aumento en las incautaciones no necesariamente implica un resurgimiento del huachicol, sino una mayor efectividad en los operativos. Sin embargo, la existencia de refinerías clandestinas y el involucramiento de funcionarios sugieren que el problema es más estructural de lo que se admitió previamente.
Implicaciones políticas y sociales
Los decomisos de Sheinbaum refuerzan su imagen como una líder pragmática y decidida a enfrentar el crimen organizado, un área donde López Obrador enfrentó críticas por su estrategia de “abrazos, no balazos”. No obstante, el énfasis en operativos espectaculares podría ser una estrategia para desviar la atención de otros retos, como el aumento en desapariciones y extorsiones, que han crecido durante su administración.
A nivel social, el huachicol sigue siendo un problema complejo. En comunidades marginadas, el robo de combustible es visto como una fuente de ingreso frente a la falta de oportunidades, lo que complica su erradicación. Los programas sociales de Morena, continuados por Sheinbaum, buscan abordar estas causas, pero no hay evidencia clara de que sean suficientes para disuadir a los jóvenes de unirse al crimen organizado.
Conclusión
Los decomisos de huachicol bajo el gobierno de Sheinbaum evidencian un cambio en la estrategia de seguridad, con un enfoque más agresivo y basado en inteligencia. Sin embargo, también revelan que el delito no fue erradicado durante el sexenio de López Obrador, a pesar de sus afirmaciones. Si bien los operativos actuales muestran resultados tangibles, la persistencia de redes criminales y la corrupción sugieren que el huachicol es un problema estructural que requiere soluciones integrales más allá de incautaciones. El desafío para Sheinbaum será mantener estos avances sin caer en una narrativa triunfalista, mientras aborda las causas sociales y políticas que perpetúan este delito.
There is no ads to display, Please add some